lunes, 12 de septiembre de 2011

Palabra de Antígona. A diez años del 11/S

Sara LOVERA

La zona cero de Nueva York, donde estuve hace unos cuantos meses, es la viva imagen de la tragedia a pesar de la hermosa fuente construida sobre los cimientos de las Torres Gemelas; todo parece haber vuelto a una normalidad limitada. El centro financiero sabemos hoy vive una de sus peores crisis.

Hace 10 años en la antigua columna En la Mira escribí:

"11 de Septiembre: ¡¡¿Una nueva guerra?!! Lo sucedido hoy en la mañana en las ciudades de Nueva York y Washington cambiará la geopolítica y el modelo económico del mundo. A las 11:25 horas central de México, varias voces indicaron, simplemente, que estamos ante el escenario de una nueva guerra mundial, probablemente de características muy distintas a la que desató el ataque de Pearl Harbor en 1941, pero que ha derribado el último paradigma de la humanidad: su posibilidad de sobrevivir a su propia destrucción.

"Desde una perspectiva feminista estamos hablando de los límites del patriarcado, de ese poder inminente del padre todo poderoso que ha sido herido en el corazón, el cerebro y en su estrategia de violencia irrefrenable. El límite de su poderío ha mostrado una total vulnerabilidad.

"Un senador de Estados Unidos declaró llanamente: Ahora no es importante la educación, la salud o la pobreza, lo importante es la seguridad de los americanos”. Es decir, después de la Caída del Muro de Berlín y la desaparición del enemigo comunista, los enemigos son todos los resentidos sociales y los sin poder en el mundo: las mujeres.

"...lo que está en juego es lo que pomposamente los americanos han llamado la sustentabilidad de sus inversiones económicas en el mundo, el control asegurado por sus bases militares en todos los continentes, sus ganancias y, desde luego, su ideología.

"...la primera frontera cerrada fue la del sur, la de México. Y en seguida, la advertencia a todos y cada uno de los países que se atrevan a justificar este acto de terrorismo. Nadie podría hacerlo. Pero antes de pensar en las víctimas, en las personas, en el dolor que se ha generado en cada hogar estadounidense, se está pensando en los americanos, que nuestros pueblos bien saben quienes son.

"¿De dónde viene esa violencia? No es la población latina insubordinada, ni son los millones de pobres en pie de lucha, ni son las masas indignadas las que lanzaron el ataque en su desesperación. Fue el otro, un poder ahora confuso quien lanzó el ataque al Pentágono, precisamente en su área de planeación estratégica. Otro poder ¿Petróleo? ¿Oro? ¿Ideología? ¿Control?

"Pronto conoceremos cómo minuto a minuto se devasta la ciudad de los rascacielos, la conciencia de sus dirigentes y habitantes, la seguridad y los elementos básicos de la vida, como caminar sin prisa, mirar cada mañana el sol, la alegría de un viaje costa a costa en la Unión Americana y la planeación personal del futuro. A cambio en todas partes irán apareciendo las fuerzas del orden en búsqueda de culpables.

"Atrás parece quedar la lucha contra la discriminación, el paradigma de los derechos humanos, la equidad y la igualdad, porque arreciará el ataque, la guerra. Atrás la solución pacífica de los conflictos. Será grandiosa la depresión de algunos líderes de Naciones Unidas que sin descanso buscaban un acuerdo entre Israel y Palestina; atrás e invisibilizados los pobres de la tierra, sin sonido el grito de los desposeídos. Todo es, como las mejores películas norteamericanas, miedo y espectáculo."

Y más o menos esto ha sucedido en ésta década. Donde los conflictos han menudeado. La guerra en Irak, los muertos de Afganistán, las invasiones que llegaron a Honduras y el caos en Libia, la entrada de las fuerzas de la OTAN, la argumentación norteamericana de poner orden y democracia.

La mañana del domingo se hicieron las cuentas. El imperio tiene invertida en la guerra, en todas y por todas partes, el equivalente a su deuda que hoy los atosiga y nos desmantela.

Los muertos: 137 mil mujeres y hombres en 10 años; miles de miles de huérfanos, heridos todos los caminos de la sociedad civil; los muertos que Felipe Calderón atribuye también a un enemigo no preciso, no localizable y su frase de hace 10 días: Terrorismo, para justificarlo todo.

Nada parece indicar que las cosas para la sociedad y para las mujeres van a cambiar. El espectáculo no era tal. La guerra es dura y difícil, contra los enemigos, el enemigo contra la población civil y contra la posibilidad de millones de pobres de la tierra y sus derechos humanos.

Catorce días después, también escribí, un recuento sobre la guerra y las mujeres:

25 de septiembre 2001: "En un estado de conflicto armado las mujeres somos botín de guerra. Desde las históricas confrontaciones de la Grecia antigua hasta nuestros días, la violencia sexual se ha empleado como arma de guerra. Así se usó en la antigua Yugoslavia, en Ruanda, en Camboya, Liberia, Perú, Somalia y Uganda.

"En el siglo XII, los Cruzados violaban a las mujeres en nombre de la religión; en el siglo XVII los soldados ingleses violaban a las mujeres escocesas durante la subyugación de Escocia; el ejército alemán empleó como arma la violencia sexual durante la Primera Guerra Mundial; el japonés en la Segunda Guerra Mundial y el ejército soviético la utilizó como método de venganza en la misma guerra.

"Es decir, ¿qué esperamos las mujeres? de una guerra. Eso, violencia y más violencia sobre nuestros cuerpos. Entre 1989 y 1998 se sumaron 108 conflictos bélicos, de ellos 92 fueron internos, nueve con intervención extranjera y siete entre una o más naciones. Las víctimas, en el 90 por ciento de los casos, fue de la población civil.

"Sólo entre 1998 y 1999 hubo 349 mil mujeres muertas por los conflictos del mundo, en África, América, Mediterráneo Oriental, Sudeste de Asia o Europa misma, anota el Centro Reina Sofía para el estudio de la violencia.

"Es decir, además del ultraje, como en Bosnia, hay que anotar que la mayoría de los muertos en las guerras no se deben a las armas, sino a las condiciones que tienen que soportar las personas durante el desarrollo de estas irracionales confrontaciones.

"Cuando hablamos de conflictos internos, hablamos de hechos relacionados con movimientos de liberación nacional, hablamos del uso del ejército contra poblaciones civiles involucradas o base social de las guerrillas latinoamericanas, por ejemplo.

"Con la política anunciada por el presidente de Estados Unidos, buscando terroristas en 60 países del globo, retando a sus socios comerciales o políticos a estar con ellos o contra ellos ¿qué nos espera?

"En los últimos dos años, considerando que las cosas no han cambiado como en Colombia, y que crece la silenciosa pero permanente violencia a partir de la lucha contra el narcotráfico, murieron en conflicto poco más de 40 mil personas en América Latina, es decir, 550 diariamente. Eso habla del nivel de violencia política y social, sin considerar la inseguridad y el robo, sin hablar de criminalidad común."

Hoy, en 2011 tenemos el mapa, el número de conflictos, los muertos, las mujeres vejadas, la desgracia cotidiana, la única forma en que se entienden los patriarcas y los resultados que nadie para. Libia ha sido la más reciente parada en nombre de la democracia y la lucha contra el terrorismo, se han visto devastados pueblos y comunidades, caminos sembrados de balas y bombas, de incendios y desgracias. Parece que no hay esperanza.

saralovera@yahoo.com.mx