lunes, 13 de junio de 2011

Mujeres y política. Libertad y libertades

Soledad JARQUIN EDGAR

La Secretaría de Gobernación deberá dar una respuesta este lunes 13 de junio, a la petición presentada por Alex Alí Méndez Díaz, abogado que pertenece a la Red Oaxaqueña por la Diversidad Sexual, quien pidió una sanción para el arzobispo José Luis Chávez Botello.

Petición basada en los artículos 8º de la Constitución Política Federal y 30º de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, que prevén respectivamente el derecho de petición y la competencia de las autoridades para intervenir en lo relativo a la observancia y aplicación de la citada ley así como de su respectivo reglamento.

Esta, sería tal vez la primera ocasión en que una autoridad amoneste o sancione a un jerarca de la iglesia católica, luego de que el arzobispo expresara –el 8 de mayo pasado- durante la celebración de un acto de culto religioso en la catedral de la Ciudad de Oaxaca que “… a ninguna mujer limpia y honesta le gustaría ser lesbiana y a ningún hombre limpio y honesto le gustaría ser homosexual”, además demando a las mujeres "defenderse y hablar más en contra de quienes, a veces empujando a algunas personas por delante, van manipulando y queriendo inyectar en la sociedad una manera de ver a las mujeres que no va con su dignidad”.

Méndez Díaz sostiene que de acuerdo con esas declaraciones, el arzobispo incurrió en una evidente y flagrante violación a la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, así como su respectivo Reglamento y algunos tratados internacionales celebrados y ratificados por México en materia de Salud, considerando que como establece el artículo 8º de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público en su fracción I, las asociaciones religiosas deberán sujetarse siempre a la Constitución y a las leyes que de ella emanen, y respetar las instituciones del país; por su parte, la fracción IV del mismo numeral señala que dichas asociaciones deberán propiciar y asegurar el respeto integral de los derechos humanos de las personas.

Sin duda, como lo dice el abogado oaxaqueño, el arzobispo Chávez Botello incurrió en una forma de intolerancia religiosa, considerando lo que establece el artículo 37 del Reglamento de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, que señala que serán consideradas como tales toda distinción, exclusión, restricción o preferencia fundada en motivos de carácter religioso, sancionada por las leyes, cuyo fin o efecto sea la abolición o el menoscabo de las garantías tuteladas por el Estado, lo cual encuadra también en una conducta discriminatoria en términos del artículo 4º del la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación.

Esta última ley considera discriminación toda distinción, exclusión o restricción que, basada en el origen étnico o nacional, sexo, edad, discapacidad, condición social o económica, condiciones de salud, embarazo, lengua, religión, opiniones, preferencias sexuales, estado civil o cualquier otra, tenga por efecto impedir o anular el reconocimiento o el ejercicio de los derechos y la igualdad real de oportunidades de las personas.

Según las sanciones de esta ley, explica Alex Alí Méndez Díaz, las declaraciones del obispo de ninguna manera propician y aseguran el respeto a los derechos humanos de las personas. Promueven la realización de conductas contrarias a la salud y que incluso su acción misma representa una agresión misma a la salud de la comunidad de homosexuales y lesbianas por traducirse en un acto discriminatorio en términos de la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación. Las declaraciones del arzobispo encuadran en la conducta de intolerancia religiosa y significan una conducta contraria a las leyes del país.

Y si a eso se le añade que la misma ley establece que las autoridades competentes deben intervenir cuando se trate de conductas de intolerancia religiosa, sin perjuicio de lo que dispongan otros ordenamientos aplicables, se basará en los principios de no discriminación e igualdad ante la ley, y en el derecho de todo individuo a ejercer la libertad de creencias y de culto, sin más restricciones que las previstas en las disposiciones de la materia.

En suma, planteó el abogado ante la Secretaría de Gobernación que el arzobispo con sus declaraciones del pasado 8 de mayo, no sólo violentó Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación sino también la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público y su respectivo Reglamento, de ahí su petición de sanción al jerarca católico.

Por otra parte, argumenta que el derecho a la igualdad y a la no discriminación están tutelados como derechos fundamentales por el artículo 1º de la Constitución Federal, por lo que cuando el arzobispo hizo esas declaraciones se basó únicamente en criterios de índole religioso que tienen que ver con la preferencia u orientación sexual de las personas, por lo que incurrió en una falta grave al principio de no discriminación, más aún cuando existe una sentencia en la acción de inconstitucionalidad 02/20020 de la Suprema Corte de Justicia de la Nación respecto a la diversidad sexual.

Aquí sólo dos párrafos de esa sentencia: “… de la dignidad humana, como derecho fundamental superior reconocido por el sistema jurídico mexicano, deriva, entre otros, el libre desarrollo de la personalidad, es decir, el derecho de todo individuo a elegir, en forma libre y autónoma, cómo vivir su vida, lo que comprende, entre otras expresiones, la libertad de contraer matrimonio o no hacerlo; la de procrear hijos y decidir cuántos, o bien, decidir no tenerlos; la de escoger su apariencia personal; así como su libre opción sexual.”

“…si uno de los aspectos que conduce la forma en que un individuo proyectará su vida y sus relaciones, es su orientación sexual, es un hecho que, en pleno respeto a la dignidad humana, es exigible el reconocimiento por parte del Estado no sólo de la orientación sexual de un individuo hacia personas de su mismo sexo, sino también de sus uniones, bajo las modalidades que, en un momento dado, se decida adoptar (sociedades de convivencia, pactos de solidaridad, concubinatos y el matrimonio).” (Acción de Inconstitucionalidad 2/2010; Versión pública electrónica de la sentencia; p. 100.

Hay más y más en leyes que trastocó con sus palabras el arzobispo Chávez Botello, todo lo cual fue documentado por el abogado Méndez Díaz. Incluso, a través de un tercer sacerdote, se pretendió echar reversa de sus dichos tras la solicitud que se presentó ante la Secretaría de Gobernación, señalando que por responder rápido (a la prensa en su conferencia dominical) utilizó “en una frase palabras no precisas o desafortunadas…” La disculpa mediática, por supuesto, no exime al arzobispo de su responsabilidad frente a la ley mexicana, según el propio abogado.

Las declaraciones del arzobispo violan la fracción IV del artículo 29 de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, por lo que debe sancionarse en los términos de la Ley mencionada y su correspondiente Reglamento.

Esta sería entonces la primera vez que un ciudadano hiciera trastabillar a un prelado por sus dichos que son comunes y cotidianos y que las autoridades municipales y estatales quienes deberían estar pendientes no lo hacen. Todo depende de lo que resuelva la Secretaría de Gobernación. Está en veremos, tal vez no pase nada, no sería extraño, la impunidad en México -se ha dicho en los últimos días, se repitió en la Caravana por la Paz-, es el signo del gobierno federal.

Pero sí pasa, sí el arzobispo es sancionado porque cometió un acto de discriminación e intolerancia religiosa, entonces, estaremos frente otro frente de batalla para la ciudadanía que toma la ley en sus manos para hacerla cumplir sin distinción de jerarquías. Recordemos que ya se impulsa un juicio internacional a Felipe Calderón por los 40 mil muertos de su guerra, más los que se sumen en tanto termina su infernal mandato (ya que estamos hablando del cielo y del infierno). Vemos como empiezan a rodar las cabezas de los políticos corruptos o mafiosos, síntoma de que se acaba la impunidad o enfermedad pre electoral.

LIBERTAD BAJO AMANEZA

Tarde pero se dio la famosa y acostumbrada celebración de la libertad de prensa entre representantes de medios locales y gobierno estatal, a pesar de las asperezas, los desacuerdos de los últimos seis meses o los primeros seis meses del gobierno de Gabino Cué, brotó el humo blanco: habemus press. Sin embargo, como en el triste la alegría duró poco, porque las palabras del gobernador aliancista invitan a la profunda reflexión. Establece con sus palabras una relación por encimita, con pinzas, aunque al mismo tiempo –en palabras- reconoce la importancia de la prensa. Palabras que se desmoronan cuando afirma que está “muy curtido en este tema, porque he estado en muchas campañas y han dicho muchas cosas de mí, y la mera verdad… yo respeto mucho a la prensa”.

Pregunto: ¿le importa o no le importa la prensa? o como deja entre ver, está curtido y lo que digan de él (él-institucional o él-personal) “…la mera verdad…”. Para pensarse, repensarse y replantearse. Es curioso lo mismo decía Ulises Ruiz, cuando afirmaba que en su piel de víbora no penetraban las criticas y lo vimos y lo sufrimos como ciudadanía. Si no conocemos la historia podríamos repetirla, dicen.

Cué afirmó que de su parte nunca habrá una llamada y ninguna acción en contra (de la libertad de prensa o de las y los periodistas), pero advirtió “vamos a ser muy cuidadosos de la difamación, porque eso agravia a las instituciones y no enriquece a la democracia”.

Aclaró (o volvió a advertir) que “asumimos y respetamos la crítica periodística como una posibilidad de mejorar la acción gubernamental para subsanar nuestros hierros y fortalecer nuestras causas de servicio a quienes nos debemos, que es la sociedad”. Bien, el único detalle es que ahí no estuvieron quiénes más críticas le han hecho al gobierno democrático, esa prensa, que como dijo y repitió son “una posibilidad de mejorar la acción gubernamental para subsanar nuestros hierros”, sólo palabras.

En las horas siguientes se difundió vía twitter una amenaza por integrante del Movimiento de Unificación de Lucha Triqui Independiente (MULTI) sobre los periodistas Jaime Guerrero, Virgilio Sánchez e Ixtli Martínez. Guerrero es periodista del portal de noticias E-Oaxaca. Jaime Guerrero, por cierto, acaba de salir de problemas similares, porque el director de Seguridad Pública, Marco Tulio López, confundió al informador como uno de sus agresores durante la trifulca entre “miestros” y “polecias” del pasado 15 de febrero, lo cierto, tuvo que explicar Guerrero es que lo que quería era que los maestros dejaran de pegarle o sea de redentor pasó a crucificado.

Virgilio Sánchez, corresponsal de Reforma y recién realizó un trabajo sobre los triquis, acceso al que también tuvo oportunidad un enviado de Milenio. La tercer mencionada por MULTI fue Ixtli Martínez, periodista en receso y ahora apoyando el quehacer de UBISORT (contrarios al MULTI). Ixtli Martínez, siendo corresponsal de MVS Noticias sufrió un lamentable atentado cuando le dispararon hace justamente un año (14 de junio de 2010) mientras cubría un hecho en la UABJO.

Esta misma semana Citlalli López denunció la agresión de profesores y fuera de “cirulación” Frida Guerrera, ahora funcionaria del DIF, amenazada de muerte por otro bando triqui, el MULT, como ella misma ha denunciado.

En fin, en Oaxaca la actividad periodística se ha vuelto riesgosa y tenía que suceder frente a la cada vez mayor violencia no resuelta por las autoridades entre las comunidades, como sucede con la población Triqui.

Incluso, Oaxaca ha sido catalogada como una entidad peligrosa para el ejercicio periodístico. La cuenta de agresiones crece y es tan grave como lo que pasó en la anterior administración donde lamentablemente quienes fueron agredidos se convirtieron en estadísticas morales como las locutoras triquis y los trabajadores del IMPARCIAL del Istmo. Frente a este llamado de atención, preguntamos ¿quién responde por las y los periodistas en Oaxaca?

YA SON 35

En la nota roja de la prensa local sigue la cuenta. Un último dato revela que ya son 35 mujeres asesinadas en lo que va de este gobierno, el gobierno del cambio.

A Reserva. Del dolor a la resistencia

Bárbara GARCÍA CHÁVEZ

La marcha por la paz con justicia y dignidad o también denominada “del consuelo”, que desde el pasado sábado 4 de junio partió de Cuernavaca, Morelos, comienza con largos y profundos silencios, como dijo el poeta Javier Sicilia a pocas horas de iniciada al frente del contingente: "El dolor y sufrimiento de esta nación es tan grande que ya rebasó cualquier ideología, cualquier posición, nos unimos en lo humano, nos unimos en la búsqueda de consuelo". Reitererando su postura sobre la lucha del gobierno federal contra el narcotráfico a la que calificó como una "guerra contra los mexicanos".

En este contexto se unen personajes de distinta ascendencia, ideología y credo; participan organizaciones civiles y activistas por los derechos humanos y por supuesto cientos, tal vez miles de parientes y amistades de niños, niñas, jóvenes mujeres y hombres que han sido víctimas fatales de la violencia homicida del Estado, en un principio no se deja ver la clase política, lo que se agradeció e invitó a la participación ciudadana.

Juntos Emilio Alvarezicaza, organizador de la marcha; el obispo de Saltillo, Raúl Vera, las víctimas del michoacanazo, la familia Lebarón, el colectivo Cactus que exige justicia por el asesinato de Bety Cariño en San Juan Copala. Se suman al contingente miembros de la Otra Campaña, el EZLN, el sacerdote Óscar Enríquez del Centro de Derechos Humanos Paso del Norte, quien exigió que el pacto que firmaran “sea ciudadano, entre mujeres, hombres, trabajadores, campesinos y sociedad entera, que el emplazamiento que se haga en Juárez, sea sin la presencia de autoridades y que la desmilitarización del país sea una demanda sin margen de negociación”.

Al llegar a Ciudad Juárez, Javier Sicilia dijo esperar que desde esta frontera, a la que nombró “epicentro del dolor” surja un movimiento nacional de resistencia civil capaz de transformar las instituciones que no funcionan en la República. “Es el momento de hacer un cambio, desde aquí queremos crear la resistencia civil para empezar a transformar las instituciones que no funcionan; se debe corregir el rumbo político del país; es el momento, no podemos soportar más, éste es el momento de hacer el cambio”.

“…vamos a empezar a construir la paz en medio de esta violencia y de esta clase política que no hace su trabajo y también en medio de la indiferencia de los ciudadanos. No queremos oídos sordos ni más injusticias; no más hijos e hijas sin padre, madre o con hermanos asesinados o desaparecidos. Estamos aquí en Juárez para empezar nuestro trabajo”, agregó el poeta en Juárez.

Las expresiones de los rostros de quienes iban en esta caravana no sólo denotaban cansancio, a medida que avanzaban, a veces con más a veces con menos seguidores, se transformaba el consuelo en coraje, mucho coraje, indignación e impotencia; tal vez lo que se esperaba de la ciudadanía no llegó, es decir, el mundo entero estuvo al tanto, siguió con interés inaudito el recorrido, los mítines, los testimonios, pero pocos estaban presentes.

Acompañamos desde lejos y seguramente muchas lloramos lágrimas de madre, sentimos por todas, por ellas que sienten el dolor que deja perder un hijo, el esperar a una hija que no regresa; también hubo llanto de indignación, de rabia contenida, por fin pudimos hablar, llorar y gritar más con odio y desesperanza, todavía sin consuelo, porque todavía en carne viva padecemos lo que aún no acaba, se encrudece violentamente: la guerra, la muerte.

Así, frente a un país que no sale del asombro y la indignación, frente a una sociedad dolida y sin esperanza, Sicilia llama a la resistencia civil, la circunscribe en la paz y la dignidad. ¿Cuántas, cuántos estaremos dispuestos? Razones no faltan, la voluntad de alzar la voz, desobedecer y enfrentar sin violencia a un estado belicoso, ofensivo y vejatorio de nuestros derechos humanos, ahí está.

Tal vez lo más difícil es la inercia transformada en indiferencia ciudadana, sin embargo, eso será tarea de quienes tienen convicción de decencia y dignidad frente al denuesto de los agravios, no los personales que también cuentan, sino los sociales, los que quebrantan la convivencia pacífica y mancillan los valores imperiosos de la vida y la felicidad. Por supuesto la resistencia es impostergable.

La resistencia a la que convoca Sicilia es por la paz sin violencia, basada en una filosofía que deslegitima la violencia, promueve una actitud de respeto al otro en el conflicto y constituye una estrategia de acción política para combatir las injusticias; por supuesto no se trata de pasividad o resignación.

La protesta la definen acciones u omisiones de una masa importante ciudadana de frente al poder cuestionado; debe sustentarse en un elemento de fuerza moral que la legitime, que requiere para su eficacia un proceso organizativo y de planeación.

La resistencia de una población a una situación de conflicto responde a menudo a un sentimiento de injusticia compartido por toda o parte de la sociedad que llegado un momento se moviliza para reclamar sus derechos o para poner fin a una dominación coercitiva, que en este caso está ejercida por el régimen en el poder.

Esta forma de lucha no violenta, se basa en el principio de que los gobiernos dependen de la colaboración y obediencia ciega a la autoridad de la mayoría de la población, cuando ésta se vuelve difusa los mecanismos de autoridad se tambalean, es cuando se tiene que acudir a la solidaridad de los que aún creen que no forman parte de la “lucha social”.

Hacer esto es lo más complicado, sobre todo cuando se trata de sociedades poco participativas; habrá que traducir la causa de la resistencia a un lenguaje y necesidades comunes de muchos y muchas más, romper el cerco o el encierro en que el poder nos coloca.

La importante de la estratégica de ganar aliados, también debe desplazarse al exterior de nuestra lucha: en las partes del adversario, en las neutrales o no interesadas directamente en el problema; así como mantener con claridad y fuerza a los del propio bando.

Los métodos de la resistencia civil pueden dividirse en:

a) la protesta social manifestaciones, declaraciones, peticiones, la persuasión y distribución de información; b) la no-cooperación social, económica y política (huelgas, boicot, no pago de tributos, desobediencia civil…); c) la intervención no violenta (ocupaciones-tomas, bloqueos, creación de instituciones paralelas de gobierno…)

Algo importante, en todo momento, es recordarle a la gente a desobedecer toda orden inhumana que nos dá la autoridad; esa es la permanente lucha social, la desobediencia civil valorativa.

Por último, debemos reflexionar la participación de los sujetos en la resistencia civil, entendiendo a priori que los niveles de participación no determinan necesariamente el éxito de la lucha; es la determinación de nuestros objetivos y fuerzas, donde deben insertarse las estrategias y tácticas de la resistencia civil.

Gandhi y muchos otros luchadores sociales, afirmaban sin reticencias que la lucha no violenta es un proceso gradual, coyuntural, debe plantear objetivos claros, accesibles para las mayorías, muy específicos y realistas, medibles en su resultado y graduales en su consecución; no ser dirigida a metas abstractas, maximalistas y muy genéricas como “la lucha contra el neoliberalismo o la globalización”.

En México, estamos colocados en la irremediabilidad de la Paz Armada y la necesidad de más policías, militares, redadas, retenes, operativos armados, porque dicen, que nos cuidan nos protegen y nos encierran. Este encierro deriva precisamente en un proceso armamentista de la población civil, hay que defendernos cómo se pueda y de quién se pueda. Estamos inmersos en la guerra contra nuestra voluntad, quedamos atrapadas y atrapados, somos carne de cañón. Nuestra defensa no puede ser aislada o individual, así no será posible un resultado colectivo.

Habrá que pensar seriamente en la propuesta del poeta Sicilia, ¿Será la resistencia civil la opción? Lo cierto es que es insostenible la política de Calderón, nos toca hacer algo contra los crímenes del Estado mexicano. ¡No más sangre!

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Palabra de Antígona. La Marcha de las Putas: No, significa no

Por Sara LOVERA

La idea de que las mujeres somos un objeto y que cualquier hombre puede usarnos, mandarnos, decidir sobre nuestro destino, tocarnos sin permiso y obligarnos a tener relaciones sexuales parece tan antigua y fuera de lugar en algunos círculos que cualquiera hubiera pensado que el domingo 12 de junio, marcharían unas cuantas mujeres por la avenida Reforma, en la ciudad de México.

Pero la llamada Marcha de las Putas, sucedida en forma paralela en varias ciudades latinoamericanas y estados del país, convocó a miles de jóvenes mujeres que saben el significado de decir no. No es no, dice la consigna que levantaron en cientos de carteles las mujeres, sorprendiendo al mundo.

Efectivamente nada parece haber cambiado. Recuerdo una marcha de antorchas, nocturna, exigiendo el no abuso y no acoso y demandando el derecho de salir de noche por las calles. Una protesta en la misma avenida hace casi 30 años, revelando al mundo que el acoso, el abuso sexual, los piropos, las miradas lascivas significan un atentado a la integridad de las mujeres.

En 1988, un grupo de diputadas encabezadas por la entonces joven activista Amalia García, dieron una larga batalla en la Cámara de Diputados para modificar el Código Penal que entonces no reconocía en la violación un atentado a los derechos humanos de las mujeres, entonces ni existía el término, porque ese instrumento legal en muchos estados de la República apenas castigaba la violación sexual con una multa menor a la que se imponía a un individuo que se robaba una vaca. Se ganó la modificación, no de más cárcel a los abusadores sino a reconocer la violación equiparada.

Tres décadas después nos lamentamos del asesinato de miles de mujeres que simplemente dicen no, toman la vida en sus manos y deciden sobre su destino, son ellas las desobedientes las que son castigadas, día a día, simplemente por ser mujeres, todavía pensadas como objeto sexual, desechables, usables, como si no fueran humanas.

Los hombres se ríen. Dicen "simplemente admiramos sus encantos" y las atacan porque van libres a la escuela, porque se suben la falda, porque deciden renunciar a ser recatadas y calladitas. Y otros, más rebuscados, afirman que todo es un asunto de gusto, de broma, que una mujer es para exhibirse y dar felicidad, así sea virtual a los ojos ansiosos del deseo. Total no pasa nada.

La larga batalla por hacer comprender lo contrario no ha podido ganarse. Por eso en la ciudad de México se crearon los transportes Atenea, o se ponen líneas divisorias en los pasillos del metro, o se buscan otras medidas para evitar que un “simpático señor” se le ocurra darle un pellizco en la nalga a una jovencita, porque está "muy buena".

La discusión sobre el contenido de la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (2007) fue tan brutal como no se imagina. Menudearon los dichos entre los diputados de que se exageraba, ¿cómo es eso de que no me puede cumplir mi mujer?, si es mía, exclamó uno que otro, y cuando también se legisló para castigar la violación en el matrimonio hubo una revuelta silenciosa entre los legisladores.

Lo más grave es que quienes ahora mismo están leyendo, dicen tranquilamente que "piropear" no es lo mismo que obligarlas a tener una relación sexual y que las feministas somos del todo amargadas, conservadoras y sin ninguna capacidad para reírnos y para desear.

Lo cierto es que desde que descubrimos que el uso de nuestros cuerpos es contra nuestra voluntad, que es un delito, que se atenta contra la inteligencia cuando un asqueroso payaso denomina a sus colaboradoras como "una nalguita", nadie se indigna, como nadie se indigna porque libremente se anuncian servicios sexuales de "bellas colegialas" en la pantalla de la televisión, donde sus dueños son militantes del Opus Dei y como Don Corleone velan por la integridad de la familia. El resto de las mujeres son putas, piensan y se les puede machacar.

Lo grave es que la sociedad lo admite, lo consciente, lo propicia. Si una mujer enseña sus piernas o sus pechos, una mujer es candidata a ser abusada y el contorno lo justifica. Las conversaciones de los hombres en las cantinas, en los pasillos de una empresa o institución, versan sobre estos temas: toda mujer, que no es la suya ni es su hija, es simplemente un objeto de uso y placer, sin que nadie lo ponga en duda.

Es este el significado profundo de la marcha, llena de jóvenes mujeres que anduvo por la avenida Reforma el domingo 12 de junio, y que, simultáneamente, apareció en otras ciudades del país y de América Latina, porque ahora que tienen derechos, muchos más que hace 30 años, y sin embargo son objeto permanente de acoso y lascivia.

Se nos había olvidado que una inmensa mayoría de mujeres siguen sufriendo acoso sexual y que una industria millonaria de trata camina por el mundo, sin que ello altere las conciencias de nadie. La broma del compañero puede convertirse en una tragedia para una mujer y en un delito grave. Hay que dejar de pensar que total son mujeres.

Los cambios profundos en una sociedad que aspira a la democracia pasan por este asunto fundamental y profundo, que es la raíz de los crímenes contra las mujeres. Nadie puede pensar en esta época que vamos hacia tiempos mejores de convivencia y aplaudir la introducción del reconocimiento de los derechos humanos en la Constitución nacional, mientras una sola mujer sea objeto de escarnio, risas, supuestas miradas varoniles, que pasan de esa mirada al abuso con una frecuencia que espanta.

El extremo de esto que parece tan simple es la violencia contra las mujeres en la que muchas de ellas son asesinadas.

Por eso es posible, a pesar de la interpretaciones que se quieran, que el jefe del Fondo Monetario Internacional haya abusado de una camarera, y que miles de hombres con un poco de poder sigan pensando que cualquier mujer tiene que ceder a sus insinuaciones y millones de hombres en cualquier circunstancia tocan, se acercan, se insinúan a las mujeres porque les parece simple y natural.

En México, con todo y una cultura feminista importante, los abusos y el acoso siguen impunes. Nunca se pudo realmente avanzar hacia una cultura diferente, ahí están los programas de televisión, las indignidades en cada rincón y la burla hacia una postura que pide y exige que se entienda que las mujeres no somos una cosa, somos personas.

saralovera@yahoo.com.mx