lunes, 5 de marzo de 2012

MUJERES Y POLITICA

Otro 8 de marzo

Soledad JARQUIN EDGAR
El próximo jueves 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer y será la ocasión número 102. Su nacimiento quedó registrado en Copenhague, Dinamarca, durante la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en 1910, ahí se adoptan varias resoluciones fundamentales: hacer propaganda a favor del sufragio femenino, defender los derechos laborales de las trabajadoras y manifestarse contra la guerra.
Muchos años de impulso que concluyeron con la reunión de mujeres emblemáticas, cuya contribución sin duda ha sido fundamental para la revolución feminista sí, pero también para el mundo, me refiero a las europeas Clara Zetkin y Rosa de Luxemburgo, y a las americanas Lena Morrow Lewis y May Wood Simons.
Eran socialistas que sentían la necesidad de buscar condiciones mejores para todas mujeres que vivían la desigualdad en todo sentido y que en ese momento se agudizaban a raíz de una serie de acontecimientos como las denuncias de explotación laboral en distintos países, las cuales derivaron en una serie de huelgas y la lucha por el sufragio estaba sustentada en que en sólo en dos países era posible el voto femenino: Nueva Zelanda y en Finlandia.
Por otra parte, rechazaban la guerra, una constante en el desarrollo de la humanidad, las mujeres exclamaron que no querían parir hijos para la guerra, hijos que morían en los campos de batalla y en el otro escenario, igualmente cruento, el cuerpo de las mujeres como trofeos de los que ganan, como parte del “botín de guerra”.
La pregunta, 102 años después, es ¿qué tanto de estos tres aspectos que originaron el Día Internacional de la Mujer han cambiado? ¿y las otras demandas, se solucionaron?
Margarita Dalton, feminista, activista, académica e investigadora, señala que “El feminismo tiene futuro, la lucha no es nueva pero tampoco estamos a la mitad del camino, ni si quiera llegamos a la mitad de camino” (Las Caracolas 455, EL IMPARCIAL edición 4/marzo/2012).
Cierto, muy cierto. El recuento nos dice que hay acontecimientos fundamentales que llevaron a las mujeres a ingresar de forma masiva a las fábricas, a las universidades, a cambiar su visión sobre ellas mismas, sobre sus cuerpos, a votar aunque sucediera varias décadas después de aquel primer Día Internacional de la Mujer, pero como señala la académica Leticia Briseño, las estructuras del patriarcado no cambian de fondo y habría que añadir que en México, como en todo el mundo, todavía hay muchísimas mujeres que no pueden acceder a lo que ahora ya pareciera “normal”.
La anécdota del momento es que hay una candidata presidencial para la contienda electoral de este 2012, lo que para muchas personas es un avance de las mujeres y que las feministas cuestionan porque saben que la candidata del derechista partido Acción Nacional no hizo absolutamente nada por las mujeres cuando pudo hacerlo y nos queda claro que es una señora muy educada, muy propia, una señora de su casa, idea que ha montado su propagandista para ganar votos. Pero, al menos las mujeres con conciencia de género saben que nada sucederá si Vásquez Mota llegara a ser presidenta, porque la derecha no va a cambiar su postura sobre el papel de las mujeres.
La preocupación compartida es cómo muchas mujeres jóvenes o incluso mujeres de mi generación desconocen que ir a la escuela, estudiar para ser astronauta, ingeniera, doctora o aviadora; votar y ser votadas o utilizar anticonceptivos para disfrutar a plenitud de su sexualidad, con la implicación de decidir cuándo, cómo y con quién tener relaciones sexuales, no es cosa de todas las mujeres, tal vez ni siquiera para todas las que conocemos y, lo que me asusta más, es que no saben que detrás de la conquista de esos derechos está el sudor, las lágrimas y en muchos casos la vida sus bisabuelas, abuelas y madres y todas sus ascendientes directas o indirectas.
El derecho al voto es todavía restringido a las mujeres en muchos países, pero también en México y hay casos suficientes en Oaxaca –les recomiendo leer el artículo de Norma Reyes Terán en Las Caracolas 455- y que tenemos que entender por qué muchas mujeres que están en el poder siguen ciegas y sordas ante la condición social de desigualdad que vive la gran mayoría de las mujeres o tal vez todas, sólo es cosa de hacer conciencia, como dice la doctora Dalton.
Ya lo explicó muy bien la actual presidenta municipal de Santa María Tlahuitoltepec, Mixe, Sofía Robles, en una intervención de junio pasado, cuando afirma que son los partidos quienes eligen a las personas y sí puede haber diputados o diputadas indígenas, pero son electas porque esas personas de manera individual así lo determinaron y no porque en realidad representen a la población indígena, en el caso femenino el ejemplo podría ser la diputada panista Eufrosina Cruz Mendoza o la petista Hita Ortiz y muchas perredistas y priistas que han estado antes.
Ahora, si aplicamos esta lógica en las mujeres, veremos que no todas las que están en algún espacio de poder nos representan y peor aún ni les interesa lo que pase o deje de suceder con el resto de las mujeres, de otra forma, hace tiempo habríamos resuelto muchos de los problemas que ahora seguimos enfrentando y que lamentablemente se traducen en la pérdida de vidas de estas mujeres.
Hay innumerables ejemplos, hoy mismo muchas de estas mujeres desinteresadas en la condición social de desigualdad entre hombres y mujeres están sentadas en una curul, tienen muy buenas dietas, otras buscan ser candidatas, desde Josefina Vásquez Mota hasta algunas priistas o de la izquierda que hoy mismo están ya en las listas, aunque lo único que tengan para ofrecer sea “músculo” y no conciencia de género.
Hace 102 años, las mujeres socialistas iniciaron una lucha por la explotación laboral, horarios extenuantes y miserables salarios. Los avances alcanzados en algún tiempo por la clase trabajadora del país se desmoronan con reformas y leyes, y esos derechos son considerados “privilegios” que pueden mutilarse desde la perspectiva de los inversionistas y los legislativos se convierten en los verdugos de la clase trabajadora.
La juventud, y eso incluye a una mayoría de mujeres, profesionista o no, tienen salarios vergonzosos y persiste la explotación, una explotación moderna pero con resultados semejantes a los de hace cien años.
Por otra parte, está comprobado que en los niveles de secretarías de Estado, direcciones y otros cargos gerenciales, las mujeres ganan menos que los hombres ocupando los mismos cargos y, en muchas más ocasiones, ganan menos a pesar de estar académicamente mejor preparadas. También en materia laboral persiste el déficit en guarderías, una prestación que se ha recargado a las mujeres por esa condición social de mujer-madre. Se les excluye de la posibilidad de ascensos por ser mujeres y porque ser mujer-madre resulta un impedimento para los objetivos empresariales o gubernamentales, les quita tiempo, porque luego –dicen- tener hijos les da pretextos para ausentarse. Aunque se vanagloria a la familia y la maternidad, todavía lamentablemente para la estructura social se corre de los trabajos a las embarazadas o como ya vimos el exceso de trabajo se convierte en un problema de salud con consecuencias como el aborto. Así que se pone a las mujeres en la disyuntiva de ser madres o tener trabajo. Y se pueden las dos cosas, siempre y cuando se tengan las prestaciones de ley, se cuente con una red familiar de apoyo o se tenga dinero para pagar a quien preste el servicio.
El sistema de control más perverso del patriarcado, dice Sara Lovera, está en el cuerpo de las mujeres: mujeres-madres. De ahí que se castigue socialmente y criminalice en los hechos el aborto; también se juzga de forma negativa a las mujeres que deciden no ser madres, porque trasgreden lo que “la norma dice” cómo debe ser una mujer. Pero también se califica mal a las que deciden tener muchos hijos, se les dice ignorantes, como sucedía a las mujeres de Loxicha que durante más de cuatro años se plantaron afuera del palacio de gobierno en tiempos en que gobernaba el represor priista y hoy candidato del PAN al Senado, Diódoro Carrasco Altamirano (dicho sea de paso) y en este caso nadie cuestiona ¿por qué esas mujeres no tuvieron acceso a la educación, qué se los impidió? Lo cierto es que viven discriminación de forma permanente en sus vidas. La invención de la píldora anticonceptiva modificó, pero el acceso no es universal por falta de educación en derechos reproductivos y sexuales, un tema que no se toca de forma adecuada ni en la casa, ni en la escuela y menos en espacios públicos ni en las ciudades, menos en todas las comunidades.
Todavía el trabajo doméstico -siempre invisible, sin remuneración y por tanto desprestigiado-, sigue recargado sobre los hombros de las mujeres. Y cuando planteo, modificó, me refiero a lo siguiente: algunos hombres ya llevan su ropa sucia al cesto, otros ya cuidan un ratito a los niños, otros más amables juegan con sus hijas, les leen…¡ah! también hay quienes “ayudan” a hacer el aseo de la casa o bañan a los y las pequeñas… pero no son la generalidad, son pocos y tienen claro que “ayudan”, porque también tienen claro que la obligación es de las otras. Cuando el otro triunfa, tiene ascensos en el laboratorio, es electo gobernador, diputado, ascendió a supervisor de la fábrica y demás, ¿tendrá idea que su “triunfo” esta también sustentado sobre muchas mujeres?
Uno de los derechos que las feministas introdujeron es el derecho a una vida libre de violencia. Se le puso, como señala Bárbara García en otro artículo de Las Caracolas 455 hoy en Las Caracolas, nombre y apellido a hechos como la violencia feminicida y el feminicidio, ambos asuntos pendientes para los gobiernos, tanto en el fondo como en la forma, como plantea Ana María Hernández Cárdenas, también en otro artículo.
Violencia que se traduce en cientos de muertes por mala atención en hospitales o porque no las atienden, que también es violencia. Este año, según el recuento hemerográfico suman 13 asesinatos cometidos contra mujeres y de las casi 100 que se cometieron el año pasado y todos los años anteriores, la justicia para sus familias es ínfima. Quedan pendientes las desapariciones de mujeres en Oaxaca y en todo México, violencia que también asesina a familias enteras y vuelvo a preguntar ¿dónde están Maydelith Carmona, Daniela y Virginia Ortiz, Paula Moreno, Mireya Hernández, Viviana Lorenzo, Juana Lorenzo, Magali Pérez, Rebeca Rubí Martínez y muchas más?
Sin duda, hay avances, pero no hemos caminado lo suficiente, planteo parafraseando a Margarita Dalton, la estructura que mantiene de forma conveniente el poder sigue intacta (poderes reales o poderes facticos) y las mujeres viven entre el piso pegajoso y el techo de cristal como dice la abogada Erika Lilí Díaz, y nos queda claro, que no todas las mujeres piensan en esa condición social de desigualdad que pasan millones de mujeres hoy en día, incluyendo muchas veces a las más adelantadas.
La discriminación persiste, sigue siendo una constante. El próximo 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, mucho hay que reflexionar y bien nos haría reflexionar de forma colectiva, sí, pero también en lo individual. Todavía nos falta mucho por avanzar en lo político, en lo laboral, en los derechos del cuerpo y contra las violencias, todas las violencias desde las guerras que dejan dolor hasta las que se ejercen de forma directa contra los cuerpos de las mujeres, asesinándolas o despareciéndolas, golpeándolas, gritándoles o castigándolas con el silencio.
Ante la realidad de nuestra vida cotidiana, los resultados que tenemos todos los días, tenemos que reflexionar para bien de la humanidad por qué es tan necesario que las mujeres (con conciencia de género) estén en todos los espacios y se construya una sociedad menos desigual, no hay de otra.
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A RESERVA

Acciones son amores

Bárbara GARCÍA CHÁVEZ
El discurso amoroso se extiende a la familia presidencial como un designio agorero de mejores tiempos ¿será? o sólo es parte de la política retórica y barata de quienes en tiempos electorales quieren convencer tapando el sol con un dedo. Sí, que no quepa duda, que desde los Pinos se hace campaña y se compite con privilegios en una contienda que se ha vuelto aburrida y molesta para la ciudadanía que únicamente percibe violencia, falta de propuestas y oye el discurso cristiano y compasivo en diferentes tonos y matices, pero al fin de cuentas lo mismo. En este rumbo las disertaciones de Calderón han dado un giro sustantivo yendo de lo bélico que conocemos a la conciliación barata y sin credibilidad.
Margarita Zavala, afirmó en Ginebra, ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas: “Los niños y las niñas humanizan los temas, nos dan esperanza porque nos dan motivos para trabajar y nos hacen mejores hombres, mejores mujeres”, refiriéndose a la niñez migrante, a aquella que son repatriados en condiciones violentas. Especificó también que de los “89 mil 883 niñas, niños y adolescentes atendidos de 2007 a 2011, el 89 por ciento eran mexicanos, pero hemos honrado el compromiso de atender al 100 por ciento y ello incluye migrantes principalmente de Guatemala, Honduras y El Salvador".
La cifra es escalofriante, Margarita Zavala argumenta que el año anterior el número disminuyó dramáticamente y, por supuesto, lo adjudica al buen desempeño de las políticas diplomáticas, lo que no es del todo cierto si analizamos que a partir del endurecimiento criminal de las acciones del vecino país del norte contra los migrantes latinos, que son en su gran mayoría de origen mexicano.
Desde otro ángulo, la esposa del presidente suena insolente al referirse a migrantes menores llegados de Centroamérica a territorio mexicano, paso obligado para alcanzar el país de los sueños y las oportunidades. Chiapas y Oaxaca dan cuenta de la violencia y abusos que las mismas autoridades migratorias cometen contra niñas y niños, desde encierros, violaciones, trabajo forzado hasta incluso muertes y desapariciones.
Casi de manera paralela al discurso compasivo de Margarita Zavala, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) publicó los resultados de la Encuesta Nacional sobre Discriminación en México 2010 que revela que en el país persisten la discriminación y la xenofobia contra la población de migrantes.
En su intervención Thomas Weiss, jefe de la Misión de la Organización Internacional para Migrantes en México, afirmó que la discriminación sigue siendo una triste realidad en México; asimismo, Fabienne Venet Rebiffé, directora general del Instituto de Estudios y Divulgaciones sobre Migración, declaró que no hay una política clara sobre el problema de la discriminación y que existe confusión entre las autoridades sobre la definición y el alcance de las leyes en materia de migración y contra la discriminación.
Por cierto, los Estados de la república donde se asesta más el fenómeno de discriminación a migrantes está Oaxaca, que a pesar del gobierno de alternancia, no ha podido transformarse mínimamente la obscena discriminación hacia quienes migran desde Centroamérica, los cuales viven un verdadero calvario entre la delincuencia formal y la institucional, es decir, los cuerpos policiacos y las autoridades migratorias; de manera especial viven este suplicio las mujeres y las niñas.
Ante tan contundentes aseveraciones el gobierno mexicano solo pudo decir en voz del subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación, Mohar Betancourt, que la encuesta sobre migrantes ofrece un enfoque poco conocido del tema.
Evidentemente a la señora Zavala presidenta del DIF se le olvidó pronto esa arenga que tanto le molestó hace algunos meses cantada por los scouts de México, cuando una niña de trece años increpó la política de muerte del gobierno federal en un evento internacional, y que cada vez más es propicia para todo los territorios, país en guerra: ¿Cómo se grita en Juárez? ¡Todos al suelo! ¿Cómo se grita en Chihuahua? ¡Todos al suelo! Y ¿cómo se grita en todo el norte? ¡Todos al suelo!-, gritaron al unísono los más de mil scouts del país. Esta situación es la que priva en todo México, y es causa de desplazamientos y como consecuencia de migración. ¿Alcanzará a verlo la señora Zavala?
Sin duda que la forma más eficaz de alcanzar la igualdad es a través de la educación, citando a Benjamín Franklin: "Educar en la igualdad y el respeto es educar contra la violencia"; lo que se reflejaría necesariamente en la disminución real y concreta de cualquier tipo de discriminación, sin embargo, los resultados que muestra la Campaña Mundial por la Educación (CME), presentados a la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW) en su informe - La Discriminación de Género en la Educación: Violación de los derechos de mujeres y niñas- no son de ninguna manera alentadores.
En los últimos años, la cantidad de niñas y adolescentes matriculadas en la escuela aumentó, sin embargo, el hecho no es motivo para grandes celebraciones, pues esto no garantiza que los géneros tienen las mismas oportunidades educativas y mucho menos que la discriminación fue superada. Al mismo tiempo que ellas están teniendo más acceso a la escuela, también tienen mayor probabilidad de dejar los estudios antes de completar la educación primaria.
El informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) señala que el 53 por ciento de las personas en edad escolar que no están matriculadas son del sexo femenino, lo que significa que cerca de seis millones de mujeres y niñas están fuera de la escuela. La CME también muestra que el 94 por ciento de las niñas están matriculadas en la educación primaria, pero sólo el 69 por ciento están matriculadas en la educación secundaria.
Las estudiantes son las principales víctimas de la violencia sexual en las escuelas. Ecuador, Colombia y México publicaron estudios recientes en los que denuncian la gravedad de la situación.
Por supuesto los gobiernos locales tienen responsabilidad, por ejemplo en el DF, de 2001 a 2010 se realizaron tres mil 242 denuncias en la Unidad para la Atención del Maltrato y el Abuso Sexual Infantil (Uamasi). El 85,78 por ciento de los casos fueron practicados por profesionales de la escuela (directores, profesores, administradores y empleados) y el 15 por ciento son denuncias de abuso o asedio sexual.
Los datos también dan cuenta de la falta de libertad, la discriminación de género es más intensa en las zonas rurales, discriminación contra adolescentes embarazadas y casamientos precoces también son temas abordados en el informe y que merecen atención para que se consiga eliminar las desigualdades de género en la educación.
Y en Oaxaca…
Otra vez noticia mundial el comportamiento de un funcionario público, esta vez el secretario privado de Luis Ugartechea, presidente de la capital oaxaqueña, a quién la CONAPRED reconvino así como al gobierno del Estado en el sentido de intervenir para castigar al funcionario municipal agresor de policías.
Se trata de Francisco Arias Rodríguez, un patán panista, seguramente de todas las confianzas del alcalde capitalino –por el puesto que ostentaba- hasta que un video fue puesto a la vista del mundo a través de youtube, cuando agredía a policías municipales que lo arrestaron por escandalizar en la vía pública y pudimos ser testigos de las bajezas en el comportamiento y lenguaje florido de un borrachín habilitado de secretario, prepotente sicalíptico y con tremendos aires de superioridad que mostraron en un santiamén su obscena personalidad.
Claro que dicho sujeto goza hasta hoy de los beneficios de la impunidad, dícese arrepentido pero alguien así no cambia, así era, y resulta extraño que su jefe no lo supiera, no es el primer numerito; conocido es el vergonzoso trance que pasaron sus invitados a su boda hace unos meses, después de vestirse de timbiriche y entonar melodiosa canción, con unas copas de mas insultó y corrió con palabras altisonantes a toda la concurrencia. Para puras vergüenzas.
El presidente de la CONAPRED aprovechó para recordar el compromiso incumplido del gobierno de Gabino Cué y del Congreso local que en ostentoso evento en julio del año pasado frente a la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de la ONU y del propio Ricardo Bucio Mújica y hasta hoy la tan jactada iniciativa de ley para prevenir la discriminación en el Estado de Oaxaca duerme el sueño de los justos.
Las buenas intenciones también expresan amor…
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