martes, 7 de agosto de 2012

Palabra de Antígona, mujeres y cambios


Palabra de Antígona
Mujeres y cambios

Por Sara Lovera
El gran tema para las mujeres en la nueva etapa política en México es cómo se enfrentarán los problemas desde los espacios oficiales, para parar la violencia, hacer efectivos sus derechos y aplicar debidamente los recursos.

Aunque todavía el Tribunal Electoral no dice la última palabra sobre la elección presidencial, el aparato y todos sus voceros dan por hecho que las cosas no van a cambiar.

Andrés Manuel López Obrador todavía está reuniendo pruebas y el panorama en lo social señala que no hemos reunido las fuerzas necesarias para enfrentar esta situación improcedente: aguantar y dejar pasar, como si nada, hechos, cifras, implicados y lo peor, aceptar que hay una mayoría corrupta que soporta la compra y coacción del voto y que no hay remedio.

Sólo hay que escuchar a algunos disque periodistas, con espacios comprados, obviamente, cuya tarea desde sus tribunas es decir y repetir a la gente que no hay nada que hacer, que no existen las pruebas de los desvíos electorales y que ya ni modo.

¿Usted sabe cuál es el mérito periodístico de Ricardo Alemán? Un individuo a quien seguramente el poder le compró 20 minutos a la semana en Televisa para que promueva la idea de que no hay pruebas sobre los desvíos y no le parece importante nada sobre la compra de votos. Su ética no lo altera en nada.

Y ¿quién es? ¿qué lo ha distinguido? Porque otros, de Televisa y otros medios, al menos son periodistas con trayectoria, que incluso pueden creer lo que dicen, por convicción. Pero el señor Alemán no tiene nada en su historia que lo haga periodista distinguido  ni un reportaje con el  que haya hecho raya, como dice mi madre. Y no tiene premios,  ni una causa, ni periodismo de investigación, ni antiguo o reciente reconocimiento. Es un individuo que ha sabido trepar hasta la pantalla, sin nada que lo sostenga. Como él, hay otros personajes, pero éste ¿cómo le hizo para llegar a Televisa? Eso cuesta.

En fin, las cosas podrían quedar ahí. Y volver a empezar la lucha por la democracia, en la que una multitud de personas piensan que vale la pena.

En este orden, las mujeres comienzan a movilizarse. Una cuantas feministas llegarán o ya llegaron al congreso y están analizando con prontitud lo que sigue.

Hace unos días, Elena Tapia, ex delegada de Iztacalco, distinguida por su trayectoria feminista, ex dirigente y constructora del partido México Posible y militante del PRD, me contó que un asunto fundamental para las mujeres será participar y entrometerse con hondura, análisis y trabajo, en los cambios jurídicos que vendrán para los medios de comunicación, más allá de lo importante de la distribución de concesiones y legalidad para los servicios de comunicación múltiples, es hora de iniciar el análisis de los contenido de los medios, del tratamiento de la imagen de las mujeres, de los mecanismos ideológicos que fortalecen la discriminación y violan sistemáticamente los ordenamientos en vigor.

Menuda tarea. Un grupo de mujeres se han empezado  a reunir para revisar lo que hoy toca en la Cámara de Diputados, donde se ha legislado prácticamente todo lo que por ley podría garantizar la igualdad entre mujeres y hombres. Lo que falta es una tarea política para que las leyes sean realidad y se acabe con la impunidad que rodea la violencia contra las mujeres.

Igualmente, en Tabasco y Morelos ya se mueven las aguas. Los nuevos gobiernos de sello de izquierda tienen que abrirse a escuchar y resolver los graves asuntos de la falta de coordinación con las leyes generales, ponerse al día en los códigos penales y de procedimientos, armonizar su legislación y poner sobre la mesa, recursos y políticas que aseguren un cambio en positivo para sus poblaciones femeninas, para enfrentar la pobreza que ofende y otra vez la impunidad y la discriminación contra las mujeres.

En Morelos, quien es prácticamente el gobernador electo, Graco Ramírez, ha decidido que sean las feministas y del movimiento amplio de mujeres quienes decidan el rumbo de la política de género. Loable, si eso no significa soliviantar en nombre de la democracia a las mujeres de distintos feminismos. Lo importante es que sean, estas mujeres, capaces de darse cuenta que valdría la pena incidir realmente, porque en Morelos se arrastra una nube de crímenes contra las mujeres desde hace tiempo y hace falta capacidad para mirar juntas cómo entrar a un proceso, que aunque lento, vaya resolviendo.

Ahí, figura una mujer entrona y capaz. Se llama Adriana Mújica, ojalá se pongan de acuerdo para catapultarla. Luego le pediremos cuentas, sin duda. Pero ella, ex diputada y militante feminista, perredista y, como dije, entrona, sería una buena directora o presidenta del instituto de las mujeres.

Y en Tabasco lo más importante y algunas mujeres feministas, están preocupadas, es convencer al nuevo gobernador de comprender la importancia de una seria, posible y capaz política de género, puesto que las mujeres de la entidad hace años que padecen miles de discriminaciones y ataduras. Una visión liberal y comprometida podría ser fundamental. Ojalá que las mujeres de Tabasco sean capaces de mirar con altura esta nueva oportunidad. Porque de eso se trata, de avanzar, de hacer efectivas todas las cosas ganadas.

Es importante porque si logran imponer el PRI y sus testaferros, como el dichoso señor Alemán, a Enrique Peña Nieto, que se ha declarado conservador, tiene a su lado, por interés, política acomodaticia, traición, a un grupo de mujeres que fueron integrantes del movimiento progresista de mujeres, algunas muy capaces, aunque se voltearon a la derecha, al poder y al simulación.

Se las recuerda bien: Rosario Robles, ex jefa de gobierno del DF y quien entregó el PRD a la derecha; Patricia Olamendi quien en su juventud fue de izquierda y se unió al gobierno de Vicente Fox, y otras nombradas en su grupo como Laura Carrera, que últimamente fue panista, luego de que fue priista y tuvo encargos de altura, como la subdirección del DIF y la oficina de análisis y seguimiento de los feminicidios en Gobernación, en este sexenio que está por terminar.

En fin, junto a ellas otras mujeres, que no han tenido una clara identificación ideológica y que llegaron a puestos de poder a través de distintos partidos, pero que en momentos importantes han sabido manejar el lenguaje feminista. Esto es un ejemplo, quienes militan por los derechos humanos de las mujeres, con un fondo ético y convencido, van a recibir toda clase de invitaciones y no estarán exentas de los cantos de sirena, siempre presentes.

Porque en este país sin gobernabilidad democrática, con un gobierno en ciernes que al menos será juzgado por ilegítimo, bajo sospecha de haber manejado millones de pesos que nadie sabrá de dónde salieron, necesita una mirada de largo aliento, pensando que los derechos de las mujeres están en juego, que ya no podemos seguir simulando que hay políticas públicas  a favor de las mujeres, y que muchas, muchas mujeres diputadas o senadoras, no garantizan lo que hoy requerimos.

A reserva, atraso y corrupción


A Reserva
Atraso y corrupción: Autotransporte en Oaxaca

Bárbara García Chávez
Para empezar habrá que afirmar con contundencia que una ley inamovible que regule asuntos que por sí mismos son sujetos de permanente movimiento y actualización, es una ley ineficiente, atrasada y conservadora, en concreto es una ley desfasada y obsoleta, que muy a menudo, casi siempre protege cacicazgos y privilegios insanos.

Es el caso de la Ley de Tránsito del Estado De Oaxaca cuya publicación inicial fue desde el 5 de julio de 1969. Una ley que ha permanecido y cómodamente se ha mantenido por 43 años, no por casualidad o por olvido, que ya sería grave, menos porque resulte eficiente y adecuada; la ley por si misma así lo determinó quedó establecido con toda la intención siniestra de preminencia y prevalencia en el control hegemónico del servicio del transporte público.

De acuerdo a la propia ley en mención que es vigente hasta el día de hoy - Ius estrictum – el marco jurídico inscrito en su Artículo Segundo Transitorio que a la letra dice: “en tanto no se expida el reglamento de la presente ley, continuara en vigor el reglamento de tránsito y transportes del Estado de Oaxaca, publicado en el Periódico Oficial del Estado el 26 de junio de 1954. Es decir que Oaxaca se rige en materia de transporte por un reglamento desfasado y vetusto que se pretendió modificar su vigencia en 1973 obviando la descripción formal  y por tanto su positividad y vigencia al nombrarlo exclusivamente   Ley de Tránsito de Oaxaca, omitiendo de hecho y derecho la regulación expresa y explicita del transporte público.

Aun suponiendo que en Oaxaca  hubo regulación del transporte público normado en esa Ley de Tránsito sin reglamentarse hasta la fecha,  fue en los artículos 17 al 29 contenidos en su  Capítulo  IV. TRANSITO, CONCESIONES Y PERMISOS; quedando sujeta a una dirección sin reglamento por demás ineficiente, inoperante,  burda y corrupta, que sirvió y ha servido para solventar  y mantener los intereses económicos y políticos tanto de los  propios transportistas como de los gobiernos de antes y de ahora, que sostienen aberrantes complicidades como el inusitado caso de nombrar a la dueña casi monopólica del transporte en el Estado –Aurora López Acevedo- como funcionaria responsable del transporte, generando por supuesto un conflicto superlativo de intereses y el abuso ciclópeo de facultades  que sin ninguna restricción ensancharon su riqueza y privilegios, sin ningún recato, perjudicando a la sociedad con pésimo servicio, cometiendo ilícitos mayúsculos incluso delitos que por cierto hasta hoy no han sido castigados, bueno, el colmo fue la presentación de  la señora López Acevedo  como ciudadana ejemplar en la campaña del actual gobernador Cué Monteagudo.

En una verdadera anarquía jurídica el transporte público se definió con planes y acciones políticas que fueron llevándolo de dirección a secretaria sin concretar con seriedad jurídica la situación formal de la regulación control y vigilancia del servicio público del transporte. Claro que de esta forma ha habido condiciones de mantener sin límites esa relación corrupta e impune de complicidad que se traduce en que el  Estado les deja hacer, les permite  todo lo que les convenga siempre y cuando los transportistas le sirvan al gobierno en turno como fuerza informal (grupos de choque) acarreadores para efectos electorales, incluso como grupo de información política.

Hoy por hoy los asuntos del transporte público en Oaxaca no son diferentes, a pesar de haberse modificado otra vez la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo del Estado de Oaxaca en la que se insertó la secretaría de Vialidad y Transporte quedando como responsable el ilustre y reconocido priista José Antonio Estefan Garfias, fiel servidor de Diódoro Carrasco y del malo Ulises Ruiz Ortiz, hoy bien acomodado en el gobierno del cambio; cuya función en esta nueva Secretaría ha pasado con más pena que gloria.

El problema fundamental de las ineficaces políticas en la materia, es la ausencia de una ley del transporte público propia y determinante que obligue a hacer lo que se debe hacer en beneficio de la ciudadanía; que resuelva de fondo el desorden y predominio de los poderes fácticos del transporte, es decir que los sujetos de esta ley verdaderamente se sujeten al predominio de la ley.

Desde hace buen rato, nos han informado que la ley ya está cocinándose, pero al parecer faltan mucho para estar en el horno. Ha sido menester como sucedió con otras leyes ya aprobadas durante este gobierno aliancista, llamar a quien será sujeto de la ley,  lo que se ha distorsionado con una óptica obtusa desde la cámara de diputados que buscan por un lado consensar entre los transportistas como afectar menos sus intereses y privilegios, y por otro, los partidos y sus grupos buscan el control cómplice de lo que saben por experiencia deja mucho dinero y mucho poder.
Los intereses y necesidades de las y los verdaderos sujetos de la ley que son usuarias y usuarios del servicio, la ciudadanía en general, se han dejado a un lado y cada vez como siempre se ve lejano en Oaxaca las acciones directas y urgentes dirigidas a alcanzar el bienestar general y esa justicia democrática que tanto se cacareó no llega y el deficiente, negligente y si muchas veces criminal transporte publico sigue igual o peor.   

Unidades chatarras, choferes drogados y de por si patanes y prepotentes, servicio caro y malo sin ninguna seguridad ni fáctica ni formal, que ponen en riesgo constante la integridad y la vida de usuarios y sobre todo usuarias de quien se abusa mayormente.
Riñas entre grupos de transportistas que afectan no solo el servicio sino a la sociedad entera, como sucedió recientemente  en la región del istmo y en la ciudad de Oaxaca, con actos violentos y bloqueos infames.

Mototaxis sin límites que ahora son la prevenida más codiciada que otorgan los grupos de poder político  a sus agremiados, expresión “moderna” del transporte que salen por donde quiera conducidos una buena parte por menores irresponsables, muchos puchadores de drogas, y otros han resultado hasta violadores impunes de jovencitas.

Así, nuevamente aumentarán las tarifas del transporte público en Oaxaca, así, el gobierno estatal  lo autorizará respondiendo a los favores de los que se creen dueños del absolutos del servicio, que pasan por alto que solo son concesionarios, que la concesión es un acto administrativo unilateral y que un gobierno responsable les ajustaría cuentas en beneficia del pueblo.
Canalgentelibre.com