lunes, 18 de marzo de 2013

A Reserva ¿De qué lado estamos?


A Reserva
¿De qué lado estamos?

Bárbara GARCÍA CHÁVEZ
Es evidente que la libertad de expresión, de libre asociación y el derecho de manifestación, así como de libre tránsito y el resto de los derechos fundamentales no son derechos absolutos, por tanto, están sometidos a la preservación del orden público. Sin embargo, en una sociedad abierta y libre, la garantía del orden público no es un bien jurídico absoluto.
En esta disyuntiva hay un elemento que no se debemos perder de vista: el Estado, que es el garante de todos los derechos y libertades consagrados en la Constitución y es quien debe actuar sin dar prevalencia a uno u otro derecho, tanto la libertad de tránsito como la libertad de reunión y asociación, y su consiguiente manifestación pública, son responsabilidad directa del órgano gubernamental, que en todo momento debe proveer a la sociedad de las garantías necesarias para que sus derechos no se vean vulnerados. Ni uno ni otro.
En este sentido es que el gobierno debe adoptar las medidas pertinentes para posibilitar, tanto el ejercicio en libertad del derecho de los manifestantes como la protección de derechos y bienes de la titularidad de terceros. Difícil, cierto pero posible, se requiere de talento y de estrategias eficientes de concertación y, en su caso, el uso de los mecanismos legales que tiene a su alcance.
En efecto, en principio estamos ante un derecho indeclinable en una sociedad democrática, que es de titularidad individual y de ejercicio colectivo, el derecho de manifestación pudiera parecer la forma más eficaz de la exposición de las ideas o de “la protesta” y  la “defensa de intereses” generales o sectoriales con publicidad en lugares de tránsito público, ocasionando conflicto en perjuicio de terceros.
En la actualidad el ejercicio del derecho de manifestación colectiva, también se ha interpretado como un “cauce del principio democrático participativo”, principio que por demás se argumenta por los gobiernos de transición que pujan desde sus campañas por ganar las simpatías ciudadanas en búsqueda de legitimidad. Esto de alguna manera pone camisa de fuerza para actuar dentro de la legalidad en aras del bienestar general, considerando, equivocadamente, que se deben favores electorales que hay que pagar con impunidad.
Aún con los abusos que ha implicado el derecho de manifestación -del que sin duda es responsable el Estado por las omisiones permanentes que rompen el Estado de Derecho y las concesiones que como pago de tanto ha otorgado a sectores como el magisterial en Oaxaca-, causando terribles daños al tejido social, polarizando a la ciudadanía con encono y rencillas cada vez más profundas e intransigentes, es imprescindible recordar que para muchos grupos sociales este derecho de manifestación, es en la práctica uno de los pocos medios de los que disponen para poder expresar públicamente sus ideas y reivindicaciones.
Incluso es pertinente recordar que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha insistido en que “la protección de las opiniones y de la libertad de expresarlas constituye uno de los objetivos de la libertades humanas”.
Oaxaca como referencia, resulta un caso inédito e inusitado, donde la experiencia ciudadana está en permanente confrontación en relación a sus derechos -manifestación y libre tránsito- de manera específica y en términos generalizados el derecho de manifestación  se asocia ipso facto con el movimiento magisterial.
No hay duda de que en Oaxaca “las manifestaciones callejeras” son una molestia colectiva que se asume cada vez con menos tolerancia, con indignación y repudio hacia los gobiernos, tanto estatal como municipal, es evidente que se altera el orden público y se arriesga la seguridad ciudadana, lo que al parecer se le olvida a los gobiernos que es el límite del ejercicio de los derechos constitucionales.
Así el ejercicio del derecho de manifestación ha de ser pacífico y es contraria a ello una situación de violencia generalizada. Si los sucesos de Mitla versus Sección 22 no se consideran violentos, entonces ¿qué debemos esperar?
La prudencia ha estado del lado de la ciudadanía, frente a la indulgencia abusiva y hasta la promoción del gobierno de grupos políticos fundamentalmente aliados a la coalición gobernante que de pronto alzan sus banderas para confirmar sus privilegios y reacomodarse frente al actual proceso electoral.
Claro que el hartazgo in crescendo  hace oír las voces alteradas y violentas de grupos políticos hegemónicos que atropellan buenas voluntades,  que aprovechan la ocasión para exacerbar  los ánimos pidiendo incluso a la autoridad administrativa y a sus agentes una represión que resultaría, sin duda, excesiva e indiscriminada por la ineficiente y abusiva policía con la que cuenta Oaxaca. Hay que pensarlo, porque eso daría pie a que se restringiera el derecho de manifestación de quien ahora lo pide, nadie esta exenta o exento de ser sujeto de golpes, tortura o en su momento detenido injustamente.
Es el profesionalismo pertinente, la responsabilidad y el tino democrático de los gobernantes, distinguir y aislar las manifestaciones violentas o delictuosas,  que están fuera de la protección del artículo 9º de la Constitución.
Ugartechea:  enmascarado
Lo que resulta una aberración es la ocurrencia del presidente municipal de la capital oaxaqueña, Luis Ugartechea, y su campaña denominada: “Quiero mi ciudad sin bloqueos”, ocurrencia familiar ideada desde la ultratumba panista, grupo que se encuentra en abierta desventaja, ya fuera el calderonismo y por su suegro el secretario de gobierno, Jesús Martínez Álvarez, pretendiendo posicionarse en la clase política gobernante coaligada, donde fue impuesto por algún tatamandón del PRI y no haya su lugar.
Esta insulsa campaña, aparte de confrontar al otrora amigo y cómplice político Gabino Cué, pretende legitimar la inacción de su gobierno municipal y -ahora sí- deslindarse del llamado  movimiento democrático magisterial de Oaxaca, lavarse las manos como Herodes, cuando Ugartechea fue de los promotores de este movimiento en el fatídico 2006.
Al parecer esta campaña no ha prosperado a pesar del hartazgo ciudadano. Por un lado sus firmantes están en el propio gobierno municipal y en la clase oligárquica empresarial y, por el otro, funcionarios municipales andan peregrinando en las escuelas privadas recolectando firmas. Y si fueran a las escuelas de la sección 22 ¿saldrían de ahí?
Como presidente municipal puede promover una iniciativa de buen gobierno que reglamente las marchas y manifestaciones en la vía pública, en lugar de ponerse la máscara de ciudadano y actuar como opositor de su propio gobierno promoviendo firmas ante la inacción gubernamental ¿Qué le pasa?
Canalgentelibre.com


Mujeres y Política: ¿Más mujeres al poder?


Mujeres y Política
¿Más mujeres al poder?

Soledad JARQUÍN EDGAR
Un “mundo” de nombres, más hombres que mujeres, de las muy diversas actividades figuran entre aspirantes a obtener una candidatura para de ser electos formar parte de la LXII Legislatura local y todas esas personas, ni duda cabe, están en el legítimo derecho de buscar uno de esos cargos. Pero…hay una brecha que deberán cruzar quienes “suspiran” y buscar ser electos, además de concretar un posible punto de acuerdo entre esos suspirantes y los electores, una brecha que es cada vez más grande debido a la falta de prestigio de los gobernantes y políticos: la credibilidad.
La falta de prestigio se traduce en ausencia total de credibilidad, sobre todo para quienes no son militantes de ningún partido político, para quienes no están de acuerdo con las coaliciones ni para quienes durante años observan oportunismo de políticos. No es para menos.
¿Qué es lo que más sabe la gente de quienes hacen política? La respuesta suele ser variada pero está ligada a una sola palabra y a la peor de todas las acciones que una persona puede cometer: corrupción, es decir, abuso de poder que lo mismo sirve para desviar fondos de la política pública a cuentas bancarias personales, sea poco o sea mucho, que para ser omisos, hacer como si nada pasara o para asesinar de muy diversas maneras, y que al final de cuentas nos da como resultado el estado actual en el que estamos.
Los casos son emblemáticos. Tal vez, por los últimos acontecimientos tenemos dos entidades de corrupción viajando por el imaginario colectivo: doña Elba Esther Gordillo, por ahora huésped de una prisión, y por el otro lado, en conjunto, las corporaciones policiacas y los políticos que no gozan de prestigio y están en el mismo nivel en la escala de credibilidad.
Brecha que se vuelve zanja cuando la ciudadanía, quienes votan y sus familias, no alcanzan a cubrir sus necesidades básicas o primordiales y, por el contrario, lo que observan es una menor capacidad para adquirir lo más indispensable. Vergonzoso es que hoy en México casi 41 millones de personas vivan bajo la línea de la pobreza, por cierto, habría que decir que una mayoría de esas personas son mujeres; mientras otra gran cantidad de personas simple y sencillamente no pueden resolver una compra porque no cuentan con efectivo ni crédito debido a sus muy bajas percepciones, otra clasificación de pobreza que produce inmovilidad y reduce las aspiraciones de compra o desarrollo educativo, por ejemplo.
El desprestigio de la política mexicana no sólo está relacionado con el abuso del poder, sino en la desmedida ambición de algunos y algunas que de la izquierda de vuelven de derecha, que de la izquierda combativa y que odiaba al PRI décadas atrás son priistas o neo-priistas o de la derecha colada entre las “izquierdas” o de los políticos que se dicen de izquierda pero que actúan igualito que los otros, sin dejar de considerar los innumerables beneficios que ha dejado el pertenecer a los partidos chiquitos o sanguijuelas que nos han dado toda una generación de políticos como el “brillante” Jorge Emilio González, situación que también nos sirve para ejemplificar el poderío familiar en que “los políticos” han convertido a La Política sean en emporios como la hecha por los Gordillo, los González o en pequeñas como lo vemos en el ámbito local.
En los partidos hay un debate para poner a mujeres y hombres que les garanticen el triunfo y, por otro lado, cumplir con lo establecido en la ley electoral, que dicho sea de paso en materia de equidad busca una paridad en la representación política. Las semanas anteriores escuchamos decir a quienes fungen como árbitros en esta contienda que ahora sí los partidos deben cumplir de lo contrario no serán registrados sus candidatos. También sabemos que Oaxaca, con los avances legislativos aprobados en agosto pasado en materia de igualdad, será observado con detenimiento por muy diversos organismos del país y del ámbito internacional.
Por lo pronto, tanto en el PRI como el PRD se registraron más de 200 personas, en busca de las 25 candidaturas de mayoría relativa para ocupar igual número de curules o de ser colocados en la lista pluri. Hoy más priistas buscan la pluri que la otra, porque ante la adversidad ven más viable este camino.
Lo cierto es que para que exista una democracia paritaria se necesita, entre otras muchas cosas, que el número de mujeres que lleguen a la LXII Legislatura local sea semejante o mayor a la que existe en la actualidad (15), lo mismo tendría que ocurrir en la elección de presidentes municipales, donde por cierto hay un rezago impresionante para la democracia y las mujeres.
Por lo pronto, en el Partido de la Revolución Democrática (PRD) que ha conformado una coalición (Unidos por el Desarrollo) con el PAN y PT, tiene un grave problema porque muchas personas quieren y conociendo a las tribus perredistas las cosas podrían terminar muy mal si no llegan a consensos, pero por todos lados se mueven y buscan la oportunidad, algunos de ocupar un cargo de elección popular por primera vez, otros para repetir y otros con el vicio de dejar a la descendencia o a parte de la familia.
Algunos varones ya tienen con seguridad el lugar, independientemente de lo que ocurra con la coalición, y aunque los panistas (donde militan buena parte de comerciantes locales y familias de la vallistocracia) pongan cara de “fuchi” harán candidato al ex líder de la Sección 22 del SNTE, Azael Santiago Chepi.
Así que los que antes eran enemigos, por conveniencia personal -perdón por el Desarrollo, supongo que de Oaxaca- buscarán llevar al beligerante sindicato a ocupar por lo menos un sitio, lo mismo hacen actuales presidentes municipales y diputados locales, los primeros hacia el palacio de San Raymundo Jalpan y los segundos que pretenden ser presidentes municipales. También hay regidores y regidoras que aspiran a cambiar de banco. El hecho es no soltar la buena fortuna. Un ejemplo es Rubén Tenorio, regidor priista capitalino y pariente cercano del actual Secretario de Salud en el gobierno gabinista, ex diputado del PRI.
Como la política es cosa de familias, muchas de estas mujeres tienen alguna relación (familiar o sentimental) con políticos varones o viceversa algunos políticos tienen relación con políticas, asunto que no es cuestionable en tanto esto no signifique la obstrucción para que otras mujeres u hombres ocupen un cargo de elección popular o en el caso de las mujeres se convierta en una forma de que los patriarcas de las familias preserven el poder. O que las mujeres sirvan sólo como relleno en los procesos electorales y los partidos políticos cumplan con las leyes electorales enviándolas a distritos perdedores, ahora que afortunadamente no las pueden ocupar de Juanitas. Como sea, tal vez al mejorar las leyes electorales, hoy hay una mayor presencia de mujeres, al menos en el registro, la suerte está echada para ellas.
Aquí cito alguno de los nombres de ellas que ya se registraron en el PRD:
Ariadna Yaneyra Vásquez López y Wilby Loreira Vázquez García (tía y sobrina, respectivamente dentro de la familia Vásquez López, que además tiene otros miembros incrustados en la administración publica estatal y municipal).
Miriam de los Ángeles Vásquez Ruiz, actual regidora de Oaxaca de Juárez, y Patricia Valencia Moreno (ambas relacionadas, en tiempos distintos, con Lenin López Nelio, funcionario del gobierno estatal); Rubicela Alonso Samperio (esposa de un regidor capitalino), Margarita Teresa Solano Moreno, Miriam José Canseco, Daisy Cristina Juárez Cecilio, Alma Ivonne García Colmenares, Teresa Margarita Clemente Acevedo, Patricia Silvia Escudero Cruz, Griselda Sosa Vásquez (esposa del actual diputado panista Joel Isidro Inocente).
Además de Reyna Altamirano Eliseo, Abigail Ríos Urbano, Norma Alicia Moreno Cruz, Olga Livia Cortés Loaeza, María Luisa García Martínez, Belina Rojas Cruz, Lorenza Valera Hernández, Irais Francisca González Melo, Luz Gómez Solano, Zoila Regina Reyes Hernández, Victoria Hortensia Flores Salanueva, Juanita Arcelia Cruz Cruz (ex Diputada Federal) y su hermana Elda Erika Cruz Cruz.
Se registraron también Gloria Naxhiely Estarad Bautista (hija de la actual diputada federal, Gloria Bautista), Karina Barón Ortiz (dirigente de la Ugocp); Xucunostli Palma Martha, María de Jesús Márquez Valenzuela, Alberta Reyes Quiroz, Paola Gutiérrez Galindo, Zoila Lidia Maldonado Herrera, Regina Rosario López Silva, Antonieta Álvaro Paz Joselina, Genoveva Díaz Altamirano (integrante del FIOB), Neonila Cortes Flores, Edith Hernández Contreras, Flor Gabriela Ríos Ventura.
En busca de que esta vez si le hagan justicia en su partido se inscribió Rogelia Gonzales Luis (regidora juchiteca), Alicia Suyevi Vásquez Balam, María Flora García Espinoza y Susana Salinas Reyes, además de Monserrat Alejandra Romero López (hermana de Jesús que también se registró), Griselda Soledad Martínez Ruiz (cuñada del senador Benjamín Robles Montoya), Mónica Bibiana Torres Ferra (asistente de Robles Montoya), Vilma Martínez Cortés, Martha Elena Buy Atecas.
Son poco menos de 50 mujeres de más de 200 candidatos. ¿Cuántas llegarán a la  segunda parte del proceso?
En el PRI no cantan mal las rancheras, el dictamen oficial de quienes serán los candidatos deja fuera al menos al 50 por ciento de mujeres que solicitaron el registro como precandidatas, tal es el caso de Carmelina Cruz Silva (ex diputada local), quien iba por el distrito Etla-Zaachila y donde se privilegió a Manuel Andrés García Díaz, hijo de ex funcionario y ex diputado local y federal en los recientes sexenios, Manuel García Corpus.
Buena surte tuvo la empresaria Martha Alicia Escamilla quien será candidata por Oaxaca-Sur y donde en el pasado proceso ganó el PRD; Mónica Bernardino por Tlacolula, el último triunfo corresponde al PAN; por Miahuatlán (más panista que priista pero donde ganó en el pasado proceso el PRI) irá Karina Erika Bustamante; por Pinotepa se quedó Rosa Elena Peña; Caralina Pérez Sánchez por Putla (de quien se había dicho declinaría a favor de Carlos Ramos y donde triunfó el PRD en el 2010); en el distrito de Tlaxiaco dejaron pasar a Elizabeth Hernández, ex secretaria de Asuntos Indígenas en el anterior gobierno, en este distrito en la última contienda ganó el PT; en Teposcolula irá como candidata Rosalía Palma López; en el distrito de Teotitlán será candidata la ex diputada local Edna Liliana Sánchez Cortés; por Tuxtepec, donde también gana un partido distinto han colocado a Lorena Villar Amador; en Juchitán, distrito que ganó el PRI en el proceso electoral federal pero históricamente no corre con la misma suerte en la elección estatal, va María Luisa Matus. Finalmente el PRI, le otorga a sus militantes mujeres 10 de 25 candidaturas por la vía de mayoría relativa. La otra mitad quedó fuera entre ellas Miriam Liborio Hernández (sobrina de Margarita Liborio); Areli Alderete (actual regidora de Santa María Huatulco), Magdalena Esperanza Bautista Cruz (actual presidenta municipal de Santiago Chazumba).
En fin, el panorama no es bueno y confirma las reglas: los partidos políticos, en este caso el PRI apenas cumple con la cuota de género. Hay simulación en la asignación al colocarlas en distritos donde los varones normalmente perderían, de ahí que la democracia paritaria está descartada en el tricolor.
@jarquinedgar