jueves, 12 de diciembre de 2013

Denuncian desaparición de Belén Ortiz Ramírez jjoven triqui




Belén Ortiz Ramírez, cargando al niño junto con sus hermanas y mamá Antonia Ramirez


Denuncian desaparición de Belén Ortiz Ramírez jjoven triqui
*Es la tercera hija de Antonia Ramírez Cruz desaparecida
*Nula actuación de las autoridades

Belén Ortiz Ramírez de 19 años, desapareció desde el pasado 29 de noviembre, mientras se trasladaba entre las poblaciones de El Rastrojo a Juxtlahuaca, ambas habitadas por las etnias triqui y mixteca, denunció su madre Antonia Ramírez Cruz quien lamenta los hechos porque un pequeño niño de tres años espera a su madre.

Antonia Ramírez se enfrenta a seis años cinco meses a la misma tragedia, la desaparición de una tercera hija, luego de que desde el 5 de julio de 2007 están desaparecidas sus hijas Virginia y Daniela Ortiz Ramírez, quienes entonces tenían 20 y 14 años, respectivamente. “Esta situación es como una muerte en vida”, sin embargo, sostiene la vida le dará fuerza para seguir luchando.

Acompañada de sus familiares Emelia y Adriana Ortiz Ramírez, Antonia Ramírez Cruz apuntó que Belén salió el pasado 29 de noviembre a las 06:00 de la mañana de su casa para trasladarse a Santiago Juxtlahuaca, donde realizaría un trámite en el Hospital Regional de Salud Oportunidades No. 66, pero no volvió a El Rastrojo comunidad triqui donde viven.

Un hijo y su madre esperan por Belén
Belén es estudiante del tercer semestre en el plantel 67 del COBAO, ubicado en su comunidad perteneciente al municipio de Santiago Juxtlahuaca, apenas a una hora y media de distancia entre ambas localidades cuando el traslado se realiza en transporte público, y hasta donde se dirigió Belén el pasado 29 de noviembre.

Desconsolada por no entender qué está sucediendo con su hija Belén de 19 años y con el peso de la tristeza que ha vivido por la desaparición de sus otras dos hijas –Daniela y Virginia-, Antonia Ramírez pide a las autoridades que actúen para localizarlas y termine de una vez por todas esta que ha sido para ella y su familia una larga y muy lenta agonía.

“El día que salió mi hija vestía pantalón de mezclilla azul cielo, sudadera de color morado y huaraches con tacón color negro”, explica ante la prensa reunida en la Casa Cultural de la Nación Triqui “Heriberto Saúl Pazos Ortiz”.

Justamente el 10 de diciembre de 2007, Belén Ortiz Ramírez, entonces de 13 años de edad decía en una entrevista realizada por esta misma reportera que tenía la esperanza de que sus hermanas estuvieran vivas.

En julio pasado exigiendo aparición de sus hermanas

“Yo creo que mis hermanas están vivas. Pienso que esa gente sólo nos quiere torturar, son muy malas”, explicaba ante los que entonces eran cinco meses de una tortura que se ha prolongado por más de seis años, como señaló también Antonia, su madre, quien no se rendía ni quería perder la esperanza de volver a ver a sus hijas Daniela y Virginia.

Belén recordaba también que Daniela era su compañera de escuela y que la extrañaba tanto como a Virginia, quien siempre fue amable con ella, “yo creo que están vivas”, repetía una y otra vez en la entrevista realizada en las oficinas de Liga Mexicana para la Defensa de los Derechos Humanos, en la capital oaxaqueña hace seis años.

Sobre la desaparición de Belén Ortiz Ramírez se ha presentado ya una denuncia por desaparición en la Procuraduría de Justicia del Estado de Oaxaca y una queja en la Defensoría de Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca a fin de presionar a las autoridades para que se investiguen los hechos, se informó en la conferencia de prensa.

La historia se repite

El 5 de julio de 2007, Virginia y Daniela Ortiz Ramírez, dos jóvenes pertenecientes a la etnia triqui, de 20 y 14 años, respectivamente,  desaparecieron mientras se trasladaban de Rastrojo a San Marcos Xinicuesta (en el tramo carretero entre Putla-Juxtlahuaca). Antonia Ramírez dijo entonces que sus hijas volverían en menos de tres días a El Rastrojo, sólo iban a recoger las pertenencias de Virginia quien era maestra bilingüe en la población de Xinicuesta y estaba feliz porque había conseguido su clave para trabajar en La Luz, Llano Nopal, Copala, Juxtlahuaca, más cerca de Rastrojo, más cerca de su familia.

Cuando al siguiente sábado 7 de julio sus hijas no volvieron, Antonia marcó al celular de Virginia, un hombre contestó, ella se asustó y colgó. Otra de sus hijas volvió a marcar de inmediato esta vez respondió una mujer, en el fondo se escuchaba música de banda, la mujer que no dio su nombre dijo que no conocía a Virginia.

Empezó su búsqueda, supo que sus hijas sí llegaron a Putla, donde descendieron del taxi que tomaron en El Rastrojo y donde ella misma las despidió. Desde Putla, las dos jóvenes tomarían otro tipo de transporte público hacia San Marcos Xinicuesta, pero nunca llegaron a esa comunidad.

Antonia denunció los hechos en la Subprocuraduría de Juxtlahuaca donde se inició la averiguación 187/2007. El gobierno del Estado a través de la Procuraduría nada hicieron por investigar los hechos, el entonces procurador Evencio Nicolás Martínez Ramírez advirtió que la única forma de entrar a la zona, donde prevalecía un conflicto entre los grupos políticos que disputaban el control de la zona Triqui, era mediante elementos del Ejército mexicano, ellas se negaron a aceptar esa medida ante los hechos ocurridos apenas unas décadas atrás.

Meses más tarde, el 18 de enero de 2008, el mismo funcionario del gobierno de Ulises Ruiz anunció que el caso estaba cerrado, porque la familia había difundido rumores sobre el posible asesinato de las dos jóvenes.

El caso había sido cerrado sin ninguna investigación a pesar de las declaraciones de un testigo que reveló que las dos jóvenes fueron vistas cuando eran llevadas en una camioneta color azul con los ojos cubiertos y las manos atadas.

Los presuntos captores fueron reconocidos, se trataba, como quedó asentado en el oficio de investigación 295 de la PGJE, de Miguel Ángel Velasco Álvarez, Francisco Herrera Merino, Timoteo Alejandro Martínez, José Ramírez Flores. Timoteo Alejando Ramírez, fue asesinado en Yosoyuxi, el 20 de mayo 2010; Miguel Ángel Velasco Álvarez fue detenido el 20 de diciembre de 2011, y Francisco Herrera Martínez, también apresado el 9 de enero de 2012, ninguno ha dicho que pasó con Virginia y Daniela. Mientras que José Ramírez Flores, reside en la zona triqui.

“He pedido, sigo pidiendo que las autoridades busquen a mis hijas porque no sabemos dónde están; les pedimos que las traigan vivas…” era entonces el clamor de Antonia Ramírez quien durante más de seis años no ha tenido respuesta y hoy suma a su desolación la desaparición de una tercera hija.

“¡Por favor, que las busquen, que las traigan vivas!”, suplica y vuelve a recordar la promesa del ex procurador Evencio Nicolás Martínez Ramírez: “en 15 días vamos a agarrar a los culpables”, la promesa de un ex funcionario y hoy senador Benjamín Robles de que atenderían el caso.