domingo, 28 de diciembre de 2014

Mujeres y Política México, la perenne tragedia

Mujeres y Política
México, la perenne tragedia

Soledad JARQUÍN EDGAR
México, Tierra de Volcanes es el nombre de un libro de historia escrito por Joseph H. L. Schlarman en la primera mitad del siglo XX y cuya intensión es develar las erupciones de los volcanes humanos que han movido a este país y que “hacen de nuestra nación una perenne tragedia”.
Un nombre correcto para el México de los últimos ocho años gobernados por Felipe Calderón del PAN y Enrique Peña del PRI, la punta del iceberg que se gestó desde hace varios sexenios, una corrupción que se fue construyendo con las armas del poder político (hoy sabemos que de todos los partidos) y el dinero del narcotráfico (el monstruo multiplicado y de mil cabezas), hasta llegar al punto actual donde los enfrentamientos, desapariciones y asesinatos tienen un hilo conductor semejante, están atravesados por la misma aguja: San Fernando, Tlatlaya e Iguala.
Las cifras de desapariciones forzadas varía, pero algo es seguro, hay más de 20 mil personas que no volvieron a sus hogares en los últimos siete años y este 2014 acumula las cifras más altas de ese mismo periodo con la quinta parte de víctimas de desaparición con más de cinco mil casos. En suma del total de casos reportados, 40 por ciento, han ocurrido en los dos primeros años del gobierno peñanietista.
La perenne tragedia que relata el historiador norteamericano es cien años después la continuación de un doloroso capítulo que parece no tener fondo y que gracias a los muchos avances tecnológicos en la comunicación, conocemos al instante y mejor aún conocemos más a fondo, con los rostros y nombres de quienes protagonizan esos episodios de odio, terror y muerte. Sin duda la historia es escrita de un tiempo para acá por vencidos y vencedores y no habrá más historia oficial de los hechos ocurridos en México. Eso está por extinguirse.
Lo lamentable de este 2014 es la cruda realidad que empieza a rebasar toda imaginación diabólica posible. Quién creería que elementos de las fuerzas de seguridad, policías y militares de este país, ordenados por sus “jefes” inmediatos, según investigaciones recientes, tuvieron que ver con la muerte de mujeres y hombres en San Fernando (2011), Tlatlaya (30 de junio de 2014) y en Iguala (26 de septiembre de 2014), donde además del asesinato de seis personas y varios heridos, hay 42 estudiantes normalistas desaparecidos, luego de que se reconocieran los restos de al menos uno de ellos.
Los datos de la violencia son grotescos. En medio de esa tragedia humana, todavía en México hemos visto al menos dos actos que nos indignan: el enriquecimiento y lujo en el que vive la clase política de todos los partidos, que ya sabíamos en parte, y la impunidad coronada con la exoneración por enriquecimiento ilícito de Raúl Salinas de Gortari, hermano del no querido ex presidente Carlos de los mismos apellidos y al día de hoy la nula claridad sobre el paradero y destino de los estudiantes normalistas,  así como el fusilamiento de un grupo de personas en el Estado de México por parte de elementos del Ejército Mexicano…pero sobre todo la inexplicable desaparición de más de 20 mil personas.
¿Qué país es el nuestro donde hechos como estos pueden pasar sin tener ninguna respuesta apropiada por parte del gobierno? Esto solo pasa en un país donde gobierno y delincuencia forman una sola red, donde la ciudadanía y sus derecho son el botín de la tierra de nadie, México es hoy por hoy tierra de nadie.
En nuestro país las mujeres desaparecen una a una, por docenas, por centenas y nadie, más allá de algunas organizaciones y sus familias, se preocupa por ellas, porque la respuesta de las instituciones de gobierno son la ineficiencia y la ineficacia, la omisión y la impunidad.
En México, ellas se convierten en botín de guerra, en objetos sexuales para el “triunfador”, en carne del mercado de la trata de personas, como narran las crónicas en Michoacán y en Guerrero y en otras muchas entidades, pero que causan alarma social extrema en el Estado de México donde unas 400 mujeres de todas las edades han sido secuestradas y/o desaparecidas… México puede ser comparado con Nigeria, donde más de 200 niñas de entre 16 y 18 años son secuestradas de una escuela internado por el líder de Boko Haram, Abubakar Shekau. Ni en México ni en Nigeria hay respuesta para las familias. ¿Qué distancia nos separa de ese país africano?
El feminicidio es la otra tragedia, una tragedia que sigue con cierta invisibilidad a la preocupación generalizada y por la que, como se ha dicho, no ha habido una sola manifestación multitudinaria en México, aunque en el fondo la violencia contra el estudiantado, la ciudadanía y el feminicidio tienen el mismo y lamentable origen. La ONU relata que en México cada día siete mexicanas fueron asesinadas durante el 2013 por razones de género, en los últimos 28 años (1985-2013), por encima de la prevalencia de violencia en general a nivel mundial. Me aterra en verdad pensar en los “resultados”, en las estadísticas que vamos a conocer sobre este año que termina.
Oaxaca no es la excepción. Desde 2013 el Estudio nacional sobre todas las fuentes, orígenes y factores que producen y reproducen la violencia contra las mujeres calificó a esta entidad como un foco rojo por el incremento en feminicidios. 
En los últimos cuatro años, 349 mujeres han sido asesinadas en Oaxaca por distintas razones, la más importante es por ser mujeres. Es claro y visible el fracaso en las políticas de genero del gobierno de Gabino Cué y el equipo que lo “asesora” y acompaña en cuestiones de “género”, que encontraron en esto un modo de vida y que puntualmente cobran un sueldo y que como premio este año recibieron su aguinaldo, sin necesidad de dar resultados a nadie, hombres y mujeres que están insertos en el gobierno de planta o por fuera, todólogos y todólogas, nacionales y extranjeros que fueron tan insensibles al “celebrar” el feminicidio con un festival de música en lugar de dar resultados concretos.
Lo que queda claro es que este gobierno, el de Gabino Cué, ha sido el más cruel y cruento en contra de las mujeres en los últimos 20 años. Políticas de papel y promesas incumplidas, testigos de esos hechos casi 350 familias en sólo cuatro años, familias que esperan respuestas de las instituciones patito que no operan, que no funcionan, así como de legisladores y legisladoras sin compromiso con las mujeres, ellas creen que llegaron por méritos propios, a ellos no les interesa, están inmersos en ver que se roban, qué desaparecen de las arcas, cómo se benefician de los recursos públicos: San Raymundo Jalpan la cueva de 42 conocidos ladrones. XXX
El recuento de los daños de la violencia generalizada es fatal en nuestro país, pero las mujeres estamos frente a un fenómeno creciente donde tenemos las más graves desventajas. Las malas noticias continúan: el próximo año ha sido descrito como difícil, en esa combinación de elecciones y crisis financiera que repercute desde ahora en la economía de cada persona. En casi tres décadas el peso mexicano ha ido perdiendo su valor adquisitivo hasta alcanzar en 2014 el indeseable porcentaje del 77.7 por ciento, eso confirma el hecho indudable de que México es una fábrica de pobres, como se dijo en abril de este año que termina, lo que contrasta con los sueldos y nivel de vida de la clase política mexicana y el entramado de corrupción que encierran los hogares de los políticos mexicanos no sólo en el gabinete federal, sino en los principados que hoy conforman los Estados del país, donde sexenio tras sexenio surgen nuevos ricos y nuevos millonarios. Cierto, en México ya no es ilícito el enriquecimiento, el caso que sienta precedente es la exoneración de Raúl Salinas de Gortari, ser pobre es lo ilícito, Ayotzinapa el ejemplo más cruento.
En Oaxaca la historia no deja de ser impresionante y triste. Cada paro, cada cierre de comercio significa menos ingresos a las familias de muchas personas que laboran en las “plazas” comerciales locales, eso se traduce en menos posibilidades de ingresos y aunque usted no lo crea invariablemente en más tragedias familiares y todo eso ocurre mientras los maestros de la mano de sus aliados “siguen haciendo la revolución”, como dice un amigo.
Se va 2014, tendremos que hacer algo para que el 2015 sea diferente, pero siento decirlo, difícil es el panorama para el nuevo año, aún así tenemos la esperanza en nuestras manos y con ella recibimos el regalo de la vida cotidiana. ¡Qué sea entonces un buen año!
@jarquinedgar



lunes, 22 de diciembre de 2014

Mujeres y Política Eloxochitlán, la omisión del Estado

Mujeres y Política
Eloxochitlán, la omisión del Estado

Soledad JARQUÍN EDGAR
La reiterada omisión del Estado ha cobrado un alto precio en la familia Zepeda Lagunas de Eloxochitlán de Flores Magón. Elisa Zepeda Lagunas agredida brutalmente por un grupo de 40 hombres, entre ellos Alfredo Bolaños Pacheco, edil con licencia, y el cacique Jaime Betanzos Fuentes, había denunciado, presentado quejas y pedido auxilio ante el sistema de gobierno estatal, en específico ante la Secretaría General de Gobierno, donde queda claro no hay y no ha existido tino, tacto ni sensibilidad para enfrentar el machismo criminal de la política y a veces de la narcopolítica, que se combina con la misoginia propia del funcionariado.
Elisa Zepeda Lagunas narra los acontecimientos desde un hospital donde aún convalece de las graves heridas que le fueron provocadas por este grupo de hombres que la agredieron solo porque quería cambiar el destino de su pueblo, en el sentido de que tendrían que despertar y no dejarse. Tocó intereses de los hombres del poder.
Eloxochitlán de Flores Magón, ubicado en la Cañada oaxaqueña, fue el escenario donde el pasado 14 de diciembre se llevaría a cabo la asamblea para elegir al alcalde municipal, pero en lugar de eso, mujeres y hombres que acudían a la asamblea se toparon con un grupo numeroso de hombres armados con machetes, escopetas, bombas molotov y lo que encontraron a su alcance, ante el eminente peligro la gente corrió a esconderse.
En medio de todo, ella alcanzó a escuchar que la estaban buscando, se refugió en una tienda cercana donde había un depósito de gasolina. Temió lo peor y decidió salir. Fue agredida brutalmente por un grupo de 40 hombres que la patearon, le abrían las piernas y le pegaban en su vulva, la golpearon en la cabeza con un palo, recibió machetazos y otro le enterró en la frente la punta de la escopeta. Además de ser insultada repetidamente con exclamaciones sexistas e intimidantes.
Jaime Betanzos le jaló el cabello y le gritó “Hasta aquí llegaron tus sueños pendeja, no te vuelvas a meter en los asuntos del pueblo”. La dejaron tirada en la calle, pensaron que había muerto. Cómo pudo se levantó y caminó unos 300 metros para llegar a su casa buscando refugió.
Su hermano Manuel Zepeda Lagunas, quien cuidaba a su esposa convaleciente de una operación, llegó a la casa tratando de sacar a su madre Magdalena Lagunas, a su abuela Gregoria Cortés y a Elisa que se encontraban en grave peligro, pues los agresores habían enfilado hacia sus casas. Ahí nos encontraron, narra Elisa Zepeda, nos empezaron a disparar, incluso a quema ropa, ahí cayó muerto mi hermano.
Nuevamente Elisa Lagunas en manos de sus agresores fue golpeada y al temer por su vida su amigo Gustavo Estrada Andrade se lanzó sobre ella pretendiendo cubrirla de las agresiones y evitar que la atacaran sexualmente, pues habían empezado a jalonearle la ropa. Gustavo fue macheteado y murió. No conformes los agresores quemaron cinco viviendas, la de Elisa, la de sus padres, la de Noemí Hernández Ortiz, la de Eudocia Juárez y la de Doli Hernández, así como 11 vehículos que detonaron con bombas molotov.
También fueron agredidas físicamente Eudocia Juárez, Noemí Hernández, Doli Hernández, Cristina Estrada, Amada Ojeda, Gregoria Cortés, Magdalena Lagunas, estas últimas abuela y madre de Elisa Zepeda, cuyo “delito” ante los caciques es haber iniciado desde 2008 la organización de las y los habitantes de la comunidad para obtener mejoras de vivienda, salud, así como capacitación en derechos humanos y trabajó para evitar la violencia a las mujeres, ella misma acompañaba a las víctimas a la agencia del MP.
Incluso, el año pasado presentó una queja ante la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca por el secuestro de dos mujeres de la agencia de San José a manos de policías estatales  que detienen a dos mujeres en el parque de la municipalidad “porque les iban a revisar sus bolsas”. ¿Con qué autoridad? Las dos mujeres, afirma Elisa Zepeda fueron acosadas durante tres horas por los mismos policías.
Frente a esta gente armada, el pueblo de Eloxochitlán -la tierra que vio nacer a los hermanos Flores Magón, donde Margarita Magón era muy querida por el pueblo y considerada “el consuelo de los pobres”- nada pudo hacer sino escuchar y resguardarse frente al temor de ser asesinados como ya lo habían hecho con Gustavo Estrada Andrade y Manuel Zepeda Lagunas.
Lo grave, gravísimo es que hoy Elisa en particular y en general la familia Zepeda han sufrido en carne propia por la indolente actitud de los servidores públicos del estado de Oaxaca.
Primera actitud omisa. Quienes sí pudieron haber detenido esta violenta intervención nunca lo hicieron: la policía del Estado. A pesar de que ahora la Secretaría de Seguridad Pública lo niega, Elisa Zepeda sostiene que en el lugar había una patrulla de la Policía Estatal que nunca intervino.
Segunda omisión. La Secretaría General de Gobierno tenía conocimiento de la actitud violenta de Alfredo Bolaños Pacheco, edil con licencia, y el cacique Jaime Betanzos Fuentes, desde 2011 y se le dio “seguimiento” a sus barbaridades durante 2012. Elisa narra que dichas autoridades solo buscaban “mediación” y “diálogo”, el cual no fructificó y en cambio persistieron las agresiones impunes de todo tipo en contra de la familia Zepeda, una agresión en contra de su hermano y otra en contra de su mamá anteriores a esta última.
Tercera omisión. En al menos dos ocasiones, Elisa Zepeda acudió a levantar quejas ante la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca y nada sucedió continuaron los abusos de autoridad durante una década a quienes viven en el pueblo de Eloxochitlán de Flores Magón.
Cuarta omisión. Elisa Zepeda también sostiene que desde hace cinco años han llamado en distintas ocasiones a la policía para que esté presente en la población pero nunca lo hacen cuando es el pueblo quien los llama.
Hoy están detenidos siete de los cuarenta hombres que participaron en esta agresión cobarde a Elisa Zepeda, quien en 2011 fue directora del DIF de Eloxochitlán año en que su papá fue presidente municipal. Y son tan cínicos los agresores que pretendieron inculpar de los daños materiales y homicidios a una de las víctimas. Por fortuna el olfato del agente del MP de Huautla de Jiménez impidió que se fueran y ahí los pepenaron, de lo contrario estaríamos hablando de un nuevo grupo de agresores prófugos en este país.
Elisa Zepeda lamentablemente, repito, ha tenido que pagar con la vida de su hermano y su amigo, el saqueo e incendio de las viviendas de ella y de su familia, y las agresiones cometidas en su contra por la irracional y criminal actitud de machismo demostrada, pero sobre todo por la omisión cómplice de la autoridad estatal en el caso de Eloxochitlán.
La pregunta es ¿quién de los funcionarios públicos puede dormir tranquilamente en Oaxaca? Insistimos lo que vemos es cómo los servidores públicos se sirven con la cuchara grande y que quien paga los platos rotos es la ciudadanía. Gabino Cué debe más de lo que imagina al pueblo de Oaxaca.
Contra el margen
¿De qué tamaño es la impunidad en México? Del tamaño del cinismo. Raúl Salinas de Gortari está limpio del delito de enriquecimiento ilícito, dictaminó el Tercer Tribunal Unitario Penal del DF, se terminaron así 19 años de acusaciones. Carlos Salinas debe estar feliz y muy satisfecho. Esta debe ser una lección para México, enriquecerse como lo hacen hoy entre la clase política, como lo revelan las fastuosas residencias que poseen desde la Gaviota hasta Alejandro Murat, todas compradas a organismos pertenecientes al Grupo Higa, podrán ser dolores de cabeza para sus propietarios, si es que tienen algo de conciencia, pero que nos quede claro la procedencia del dinero y el tipo de relaciones entre el funcionariado y estos contratistas, hay un mar de historias y de impunidad tan grande como los océanos.  

@jarquinedgar




lunes, 15 de diciembre de 2014

Portada de Las Caracolas 489, dedicado a Alaíde Foppa


Alaíde Foppa, poesía


Alaíde Foppa, poesía

Elogio de mi cuerpo

1. Los ojos

Mínimos lagos tranquilos 
donde tiembla la chispa 
de mis pupilas 
y cabe todo 
el esplendor del día. 
Límpidos espejos 
que enciende la alegría 
de los colores. 
Ventanas abiertas 
ante el lento paisaje 
del tiempo. 
Lagos de lágrimas nutridos 
y de remotos naufragios. 
Nocturnos lagos dormidos 
habitados por los sueños, 
aún fulgurantes 
bajo los párpados cerrados.

* * *
2. Las cejas

Las breves alas 
tendidas sobre mis párpados 
sólo abrigan 
el espacio escaso 
en el que flota 
una interrogación latente, 
al que asoma 
un permanente asombro.

* * * 


3. La nariz

Casi un apéndice 
en la serena geometría 
de mi rostro, 
única recta 
en la gama de curvas suaves, 
el sutil instrumento 
que me une al aire. 
Cándidos olores 
acres aromas 
densas fragancias 
de flores y de especias 
-desde el anís hasta el jazmín- 
aspira trepidante 
mi nariz.

* * * 

4. La boca

Entre labio y labio 
cuánta dulzura guarda 
mi boca abierta al beso, 
estuche en que los dientes 
muerden vívidos frutos, 
cuenca que se llena 
de jugos intensos 
de ágiles vinos 
de agua fresca, 
donde la lengua 
leve serpiente de delicias 
blandamente ondula, 
y se anida el milagro 
de la palabra.

* * * 

5. Las orejas

Como dos hojas 
de un árbol ajeno 
nacen a los lados 
de mi cabeza. 
Por el tallo escondido 
se desliza 
la opulencia 
de los sonidos, 
me alcanzan 
las vivas voces 
que me llaman.

* * * 

6. El pelo

Dulce enredadera serpentina, 
única vegetación 
en la tierra tierna de mi cuerpo, 
hierba fina 
que sigue creciendo 
sensible a la primavera, 
ala de sombra 
contra mi sien, 
leve abrigo sobre la nuca. 
Para mi nostalgia de ave 
mi penacho de plumas.

* * * 

7. Las manos

Las manos 
débiles, inciertas, 
parecen 
vanos objetos 
para el brillo de los anillos, 
sólo las llena 
lo perdido, 
se tienden al árbol 
que no alcanzan, 
pero me dan el agua 
de la mañana, 
y hasta el rosado 
retoño de mis uñas 
llega el latido.

* * * 

8. Los pies

Ya que no tengo alas, 
me bastan 
mis pies que danzan 
y que no acaban 
de recorrer el mundo. 
Por praderas en flor 
corrió mi pie ligero, 
dejó su huella 
en la húmeda arena, 
buscó perdidos senderos, 
holló las duras aceras 
de las ciudades 
y sube por escaleras 
que no sabe a donde llegan.

* * * 

9. Los senos

Son dos plácidas colinas 
que apenas mece mi aliento, 
son dos frutos delicados 
de pálidas venaduras, 
fueron dos copas llenas 
próvidas y nutricias 
en la plena estación 
y siguen alimentando 
dos flores en botón.

* * * 

10. La cintura

Es el puente cimbreante 
que reune 
dos mitades diferentes, 
es el tallo flexible 
que mantiene 
el torso erguido, 
inclina mi pecho 
rendido 
y gobierna el muelle 
oscilar de la cadera. 
Agradecida 
adorno mi cintura 
con un lazo de seda.

 * * * 

11. El sexo

Oculta rosa palpitante 
en el oscuro surco, 
pozo de estremecida alegría 
que incendia en un instante 
el turbio curso de mi vida, 
secreto siempre inviolado, 
fecunda herida.

* * * 

12. La piel

Es tan frágil la trama 
que la rasga una espina, 
tan vulnerable 
que la quema el sol, 
tan susceptible 
que la eriza el frío. 
Pero también percibe 
mi piel delgada 
la dulce gama 
de las caricias, 
y mi cuerpo sin ella 
sería una llaga desnuda.

* * * 

13. Los huesos

Alabo 
el tibio ropaje 
la apariencia 
el fugitivo semblante. 
Y casi olvido 
la obediente armazón 
que me sostiene, 
el maniquí ingenioso, 
el ágil esqueleto 
que me lleva.

* * * 

14. El corazón

Dicen que es del tamaño 
de mi puño cerrado. 
Pequeño, entonces, 
pero basta 
para poner en marcha 
todo esto. 
Es un obrero 
que trabaja bien, 
aunque anhele el descanso, 
y es un prisionero 
que espera vagamente 
escaparse.

* * * 

15. Las venas

La floración azulada 
de las venas 
dibuja laberintos 
misteriosos 
bajo la cera de mi piel. 
Tenue hidrografía 
apenas aparente, 
ágiles cauces que conducen 
deseos y venenos 
y entrañable alimento.

* * * 

16. La sangre

Secreto corre el torrente 
de mi sangre rápida. 
Inmenso es el río 
que en subterráneos meandros 
madura 
y nutre el ámbito 
de mi vida profunda. 
La cálida corriente 
que me inunda 
en la flor de la herida 
se derrama.

* * * 

17. El sueño

En tan blando nido 
mi corazón descansa, 
ni lo asombran 
los perdidos fantasmas 
que se asoman. 
Pasa por mi sueño 
la ola calma 
de mi respiro. 
En tanto olvido 
el tiempo de mañana 
se prepara, 
mientras estoy viviendo 
efímera muerte.

* * * 

18. El aliento

No se de donde viene 
el viento que me lleva, 
el suspiro que me consuela, 
el aire que acompasadamente 
mueve mi pecho 
y alienta 
mi invisible vuelo. 
Yo soy apenas 
la planta que se estremece 
por la brisa, 
el sumiso instrumento, 
la grácil flauta 
que resuena 
por un soplo de viento.