lunes, 29 de junio de 2015

Mujeres y Política 500 días y un poco más


Soledad JARQUÍN EDGAR
¿Qué hacer con poco más de 500 días en la bolsa? Esa es la pregunta que hoy da vueltas en sus pensamientos. Bueno al menos eso pensamos.
La historia repetida es que durante cada sexenio, el último año de gobierno es, como si fuera dictamen, el “año de Hidalgo”, y no precisamente como un homenaje a Don Miguel Hidalgo, el cura que inició la independencia de México. Ya sabemos qué aplica con esa frase, a pesar de la transparencia y las contralorías, a pesar de las promesas.
Qué hacer con esos 500 días es una pregunta retórica, si vemos que en esta entidad hay un balance desproporcional entre las personas, pero en específico para las mujeres, y cada día, se puede constatar la falta absoluta de aplicación de la justicia, gracias a la confabulación de poderes.
En general no ha sido el sexenio de Gabino Cué un periodo ejemplar. Sin duda, se piensa que hay momentos históricos y aquel 1 de diciembre de 2010 se consideró desde ese instante como tal. Cué expulsó temporalmente al PRI y el 1 de diciembre de 2010, se pensó que se escribiría una nueva historia para Oaxaca. Cué hay que recordar logró la hazaña de sacar al PRI del gobierno de Oaxaca ayudado, claro está y mucho, por su antecesor el terrible Ulises Ruiz y los acostumbrados manotazos de los cacicazgos de José Murat y los años de terror de Diódoro Carrasco.
Los mismos personajes que hoy vuelven a la cargada para disputarse el pastel de Oaxaca. Todos quieren imponer al futuro (que no futura) gobernante, que habrá de pasar por la báscula ciudadana, que como ya vimos carece de elementos suficientes para discernir. Los círculos encantadores que hipnotizan: la pobreza y la falta de educación. Esto en referencia al estudio que reveló quién vota por quién en Oaxaca.
Pero lo que empezó aquel 1 de diciembre de 2010 se volvió promesa y con ello, seguramente, su lugar en la historia cambió.
Oaxaca es un estado prehistórico no tiene comparación con nada ni con nadie, hacer esas comparaciones resulta infructuoso. En Chiapas el gobernador que hace ganar a todo aquel que se pinte de verde, transformó la ciudad, aquí solo se construyó un mini paso a desnivel y algunos arreglos en el centro histórico.
En Quintana Roo en sólo 45 años, Cancún es y siguen siendo un emporio turístico que le da trabajo a unas 750 mil personas de manera directa y otras más de 300 mil de forma indirecta.  La comunicación vía terrestre es gratuita y es espléndida. Huatulco sigue sin tener el despegue que se anunció desde los años ochenta cuando se despojó de las tierras a comuneros y ejidatarios. Los contrastes entre pobres y ricos sigue ensanchando la brecha peligrosamente. La tan anhelada carretera entre la capital de Oaxaca y ese polo de desarrollo pasando por el Istmo tiene una larga espera fundada en desidia, robo de recursos o corrupción y la fatiga del pueblo, y claro, la disputa del poder como medio de enriquecimiento y como entretenimiento para saciar la ambición desmedida.
Esos dos ejemplos, con dos entidades que tienen algo en común con Oaxaca. Con Chiapas el designio de la riqueza cultural, con Quintana Roo la riqueza natural. Ejemplos que nos llevan a confirmar la ineficacia de este gobierno pero también de todos los anteriores, lo que incluye, las gestiones de los años setenta, ochenta, noventa y el nuevo milenio. Son más de 40 años de historia de fracasos que se siguen sumando a la tragedia real, palpable de las mujeres y los hombres de Oaxaca, cuya hora no llega.
Porque ¿cómo se puede explicar la violencia contra las mujeres incrementándose cada día en Oaxaca, sin pensar en la directa influencia que tiene el desarrollo –reitero real no de palabras- de toda la entidad? ¿Cuánto tiene que ver la violencia con la condición de desesperanza? 388 mujeres asesinadas en el gobierno actual, según el recuento hemerográfico que hace Consorcio Oaxaca, parece no afectar los tendones del gobierno ni la dignidad de quienes son responsables de impartir justicia o velar por la vida de las mujeres, por modesta o grande que sea su función. Este sábado en Tlaxiaco fue asesinada Juana Esmeralda Aguilar Pérez, donde el presunto responsable es un maestro de la Sección 22.
¿Acaso piensan que nada tienen que ver con la pobreza y el hacinamiento en que viven miles de familias en Oaxaca? ¿Pensaran acaso que nada tienen que ver con el incesto y con la vida de una pequeña de tres años que hoy se debate entre la vida y muerte tras ser golpeada y violada sexualmente dentro de su casa en una comunidad de tantas que hay en esta entidad?
¿Cómo no relacionar la corrupción institucional con la violencia contra las mujeres? Si vemos casos como el ocurrido a Isabel Reyes López, de 20 años de edad, quien esta semana parió a la entrada del hospital en San Juan Bautista Tuxtepec, porque el “guardia” no la dejó pasar. ¿Había o no personal medico en la institución?
¿Cómo pueden creer las mujeres en la justicia si las instituciones no responden? De ello hay varios casos documentados, tantos que podrían contar la otra historia de las mujeres de Oaxaca.
¿Qué hacer con un poco más de 500 días antes de que inicie la cuenta regresiva?
Recién en la sesión pública de la Comisión de la Verdad, vimos cómo el dolor sigue acumulado en la vida de muchas mujeres y hombres que fueron brutalmente agredidos en sus derechos humanos en 2006-2007. Cué fue quien impulsó esa comisión que trabaja bajo la dirección padre Alejandro Solalinde, y es ese organismo el mejor espejo para el mandatario que tiene contados los días.
No es para menos. Recordaremos que una de las refriegas verbales más intensas durante el sexenio de Ulises Ruiz -“el aborto del diablo” como se leía en una pared del gimnasio universitario en 2006- impuso por su fuerza de gobernante autoritario la construcción de la llamada “velaria” que trajo toda clase de calamidades y mucho dinero mal gastado, algo que en Oaxaca es imperdonable.
Hoy, Gabino hace lo propio, con la fuerza de un gobernante autoritario, igualito que el anterior, pretende y sigue la corriente y la marcha impuesta por el “Marqués de Oaxaca”, don José Zorrilla, de llevar hasta sus últimas consecuencias la construcción del Centro Cultural y de Convenciones en el cerro del Fortín, como todo mundo sabe, ahí cerquita está el hotel propiedad de la familia Zorrilla. Una total casualidad de la que seguramente se dieron cuenta cuando la gente empezó a protestar.
Pero ese no era la única piedrita en el arroz. Como ya se dijo el cerro del Fortín es el único pulmón o medio pulmón que tiene Oaxaca, que sufre desde los años noventa inversiones térmicas derivado de la contaminación provocada por el excesivo número de vehículos. Pero Zorrilla ya doblegó la voluntad de Cué quien se presume sigue presto a los negocios de su amigo.
Incluso, llevan semanas promoviendo un spot donde hablan que Oaxaca no tiene un centro de convenciones. Cierto. Totalmente de acuerdo. Pero ¿por qué empecinarse en construir sobre un terreno no apropiado para ello. Como ha señalado PROOAX?
Son muchas cosas las que puede hacer Cué en estos 500 días, si quiere remendar su nombre frente a la historia que como dice la frase común: habrá de ser juzgado. Y hablando de justicia, me pregunto ya pensaría en investigar a su otro amigo del alma el ex secretario de Salud, German Tenorio Vasconcelos, quien es señalado como probable responsable de diversos delitos de corrupción y que nos dejó a deber el Hospital de la Mujer y muchas explicaciones sobre la condición de desigualdad para las mujeres.
La historia, habría que recordar, se escribe con hechos no con promesas.

@jarquinedgar