viernes, 4 de agosto de 2017

Orfa Bohórquez Valencia, 31 años de su asesinato






·      Luchó contra el caciquismo e impulsó la educación media superior de Miahuatlán

Soledad Jarquín Edgar
SemMéxico, Oaxaca, 4 agosto 2017.- Orfa Bohórquez Valencia nació en Miahuatlán de Porfirio Díaz un 15 de agosto de 1942; su madre era Nemencia Valencia. Sus estudios primarios los realizó en su tierra natal y el resto de su enseñanza formal en la ciudad de México y en el Estado de México, a partir de entonces realizó visitas a Miahuatlán durante los periodos vacacionales, hasta que finalmente en 1974 decidió regresar a vivir a ese lugar.
En aquellos años, Miahuatlán estaba llena de carencias solo tenía una escuela secundaria, quienes querían estudiar tenían que emigrar al Istmo de Tehuantepec, a la ciudad de Oaxaca, Pochutla o hasta la ciudad de México, el lugar que eligió Orfa Bohórquez Valencia, para estudiar la licenciatura en Derecho.
La falta de escuelas es una de las principales causas de la migración y fue una de sus preocupaciones básicas, con un grupo de jóvenes integró la Organización Cultural Pelopenitza, vocablo zapoteco con el que se conocía a Miahuatlán y que significa “donde principia nuestro ojo de agua” o “pueblo junto al agua”. Con organización solicita a la autoridad municipal rescatar espacios públicos y destinarlos a actividades sociales, culturales y educativas; de esta manera se recuperó la casa de la maestra Francisca Pérez, ahí se instaló una biblioteca; al igual que el kiosco y la plazuela del Carmen. Años después integran una nueva organización cultural llamada Centéotl (1987-1977) en la que ella encabeza las gestiones necesarias ante las autoridades de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca para que en Miahuatlán se instaure la Preparatoria Seis “Lázaro
Cárdenas”, ante la propuesta del grupo de jóvenes, la UABJO accede a fundar la escuela en ese municipio.
Para ello, el Gobierno municipal decide que se utilicen las instalaciones de la Escuela Primaria Juan Escutia, que contaba con una galera y techos de lámina, además debe buscar y construir un espacio adecuado para el correcto funcionamiento de la institución educativa, que finalmente no cumplieron con su responsabilidad, viendo esto, las autoridades de la UABJO determinaron que ante la falta de interés trasladarían la preparatoria al municipio de Tlaxiaco, en la región de la Mixteca. Este episodio representó un duro golpe para las y los jóvenes miahuatecos que ya se habían inscrito y cuyos estudios se verían truncados, ya que aunque existía el ofrecimiento de la Universidad para que continuarán estudiando en la ciudad de Oaxaca, la falta de recursos económicos que implica el traslado a otra ciudad impidió que una gran mayoría no concluyera su preparatoria.
Orfa Bohórquez Valencia y otras personas decidieron constituir un nuevo movimiento, esta vez, las exigencias de la ciudadanía no se limitaban a los aspectos educativos y culturales, sino que se ampliaban a una serie de demandas presentadas durante décadas y que nunca habían sido atendidas, dejando a Miahuatlán sin el anhelado desarrollo urbano y económico, sumido en un atraso producto del cacicazgo ejercido apenas por una cuantas familias que dominaban el escenario político-financiero; eran los dueños y propietarios de tiendas, comercios y haciendas, con el poder de designar, sin el consenso del pueblo, quién gobernaría el municipio, los cargos se pasaban de uno a otro entre las mismas familias.
En 1980 se formó el Comité de Defensa de los Intereses del Pueblo (CDIP), presidido por José Arias, Orfa Bohórquez era la líder y una figura relevante, aunque decidió manejarse siempre con lo que hoy se conoce en el ámbito político como un “bajo perfil”, no tenía afanes protagónicos. El CDIP es calificado por algunos autores como un grupo radical de izquierda, pero en realidad estaba conformado por mujeres y hombres dedicados a diversas actividades, la gran mayoría se componía de campesinos y estudiantes, a los que se sumaban colonos y habitantes de barrios y rancherías pertenecientes al municipio.
Aunado a las demandas de agua potable, pavimentación de calles, alumbrado público, acciones de saneamiento y construcción de escuelas, se da una conciencia colectiva entre una mayoría de pobladores, no estaban dispuestos a seguir permitiendo la imposición de las autoridades municipales por parte de la familia López Ramos.
Hoy, algunos integrantes y fundadores del CDIP recuerdan que en 1982, unas doscientas personas tomaron por primera vez el palacio municipal de Miahuatlán, con una duración de dos meses; el objetivo era hacer valer la palabra del pueblo, lograr voz y voto y que los caciques dejaran las simulaciones para al final imponer la voluntad de unas cuantas personas sin tomar en cuenta los deseos y decisión del pueblo; que el pueblo reclamara el legítimo derecho a elegir a sus autoridades y exigiera que se respetara desafió a las familias que ostentaban el poder y cuyos intereses se verían afectados al perder el control, el anuncio del final de una época que había favorecido a unos cuantos, empezó con la caída del último Presidente Municipal impuesto por los caciques miahuatecos, de nombre Edgar Loaeza Martínez.
En los comicios de 1983, el CDIP, a través del Partido Revolucionario Institucional,
propone como candidato a la Presidencia Municipal a José Benito Hernández Altamirano, recién graduado de la carrera de Arquitectura, obtiene el triunfo y es designado como Primer Concejal para el trienio 1984-1986; de esta forma y para siempre, “la izquierda priista” de Miahuatlán de Porfirio Díaz le arrebató el poder a los caciques encabezados por la familia López Ramos.
El gobierno de José Benito Hernández Altamirano fue el primero del PRI, aunque para los integrantes del CDIP no tenía mayor importancia; Orfa Bohórquez aseguraba a sus compañeros de la organización, que no tenía mayor importancia el partido, porque “en realidad se trataba de hacer valer la voluntad del pueblo y no debería existir oposición a la voluntad del pueblo”.
Los conflictos previos a los comicios de 1983 hicieron que el entonces Gobernador del Estado, Pedro Vásquez Colmenares pidiera a Orfa Bohórquez, su alumna en la carrera de Derecho, fuera a la capital del Estado a entrevistarse con él. Galdino Ramírez Carmona, quien fuera pareja de Orfa Bohórquez, recuerda que el ex Gobernador le ofreció hacerse cargo de la Secretaría de Turismo, e incluso de la Secretaría General de Gobierno y hasta del Instituto Nacional Indigenista en más de tres ocasiones; ella siempre se rehusó a aceptar las propuestas del mandatario, sabía de sobra que la verdadera intención era alejar a su ex alumna de Miahuatlán; las respuestas de Orfa Bohórquez Valencia siempre sorprendían al Gobernador:
“No señor Gobernador, muchas gracias por todas sus propuestas, pero no necesito ningún empleo, quiero estar al lado de mi pueblo, he despertado el interés de mi pueblo y no lo voy a olvidar por una cartera en el gobierno ni por ningún buen sueldo”.
En otra ocasión le dejó en claro que ni siquiera buscaba la Presidencia Municipal de Miahuatlán “lo que pretendo es que la gente sea quien elija a sus autoridades de manera democrática y no al dedazo” dijo al mandatario.
Ramírez Cardona narra que en aquel tiempo había mucha miseria en Miahuatlán, que la propia Orfa Bohórquez tenía problemas financieros, que la oferta hecha por Vásquez Colmenares, alguien que además de haber sido su maestro era su amigo, habría tentado a cualquier persona, pero Orfa ni siquiera lo pensó y nunca se arrepintió de rechazarla, era una mujer de convicciones e ideales, y clara en lo que deseaba no para ella sino para su gente.
Ella le propuso al nuevo Presidente Municipal construir un mercado, mismo que lleva su nombre, dadas las precarias condiciones en que se expendían los productos.
El mercado estaba en condiciones muy limitadas, eran casetas maltrechas de láminas de zinc; sin embargo, no había posibilidades financieras para emprender el proyecto, ella le pidió a José Benito Hernández que acudiera a dónde fuera necesario para hacer las gestiones; en varias ocasiones el munícipe recibió la misma respuesta: “No se puede”, “no hay dinero”, incluso se propuso que fuera financiado por Banobras y que las y los locatarios pagaran la deuda durante los próximo 25 años, fue la asamblea comunitaria la que determinó no tomar el crédito; para entonces, recién iniciaba un nuevo Gobernador, se trataba de Heladio Ramírez López, quien decidió finalmente aportar parte de los recursos
que se necesitaban para la ejecución de la obra, por su parte, la comunidad aportaría materiales de la región y mano de obra. Los planos fueron ejecutados por el Arquitecto José Santibáñez, aprobado el proyecto, los comerciantes decidieron desalojar el lugar, solo se negaron los caseteros del frente, eran comercios de los caciques, éstos se ampararon ante la justicia federal, ante la resolución que impedía al Ayuntamiento derribar las casetas, el pueblo acordó en una asamblea demolerlas, eran las únicas de concreto, las derribaron en un acto en el que participaron alrededor de quinientas personas.
Cuando el juez federal fue notificado de ese hecho, señaló que no podía hacer nada puesto que no hubo intervención de la autoridad municipal, por lo que no había contra quien proceder.
Un nuevo proceso electoral se llevó a cabo el 3 de agosto de 1986, en el que fue electo Abel Bohórquez Valencia, hermano de Orfa.
Poco antes de las veinte horas del 4 de agosto, Orfa Bohórquez, se encontraba platicando con un grupo de personas en la puerta principal del palacio municipal, entre ellas Jaime Canseco, Delegado Electoral Municipal del PRI; además de Magdalena Ramírez y Patricia Jiménez, Secretaria del Presidente Municipal y otras dos personas, de pronto, el alumbrado público se apagó, en el mismo momento una persona se acercó al grupo, sacó un arma de entre sus ropas y disparó a quemarropa sobre el rostro de la lideresa del CDIP, la bala penetró al cerebro a través de su rostro y no alcanzó a salir.
Medios de comunicación locales como El Imparcial, Noticias y Carteles del Sur publicaron la noticia, señalando que al menos cuatro personas se habían acercado al grupo la noche del 4 de agosto y uno de ellos “vació” su pistola.
Galdino Ramírez, esposo de Orfa Bohórquez, declaró que su esposa ya había recibido varias amenazas vía telefónica, por medio de cartas anónimas y hasta volantes, diciéndole que era mejor que se fuera de Miahuatlán porque sus días estaban contados, antes del cobarde atentado que terminó con su vida Orfa Bohórquez, era Presidenta de la Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos Humanos en ese municipio, recibió muestras de apoyo ante las amenazas sufridas, incluso le sugirieron irse a Francia pues las amenazas ponían en riesgo su integridad física; pero ella no hizo caso, el deseo de ayudar a su pueblo fue mayor que el temor por su vida, desde que regresó a Miahuatlán se había hecho la promesa de trabajar por su pueblo y, sí era necesario moriría por él; era una mujer que no temía a la muerte, siempre decía “en cualquier lugar que me sorprenda la muerte será bienvenida”, frase que es su epitafio, comenta Ramírez.
A pesar de las amenazas, la lideresa del CDIP viajó sola en varias ocasiones a la capital oaxaqueña, recorriendo también las rancherías; “sin duda fue un exceso de confianza de nuestra parte, subestimamos a los enemigos políticos de Orfa”, recuerda con dolor Ramírez Carmona.
Orfa Bohórquez despertó a un pueblo adormecido por costumbre de obedecer la imposición, sus enemigos acérrimos fueron los López Ramos a quienes se les había arrebatado el poder del que gozaron e hicieron uso y abuso impunemente durante tantos años.
Aunque murió instantáneamente, fue trasladada por el propio Galdino Ramírez y otras personas hasta el IMSS Coplamar en un vano intento de salvarla, según las versiones periodísticas que confirmaron su fallecimiento. Ramírez afirma que al escuchar las detonaciones llegó rápidamente al palacio municipal, solo para encontrarse con que habían asesinado a su esposa. Tras la confirmación médica del deceso, el cuerpo de Orfa Bohórquez Valencia fue llevado hasta su casa, ubicada en la calle de Ciprés 108, no permitieron que le practicaran una autopsia, no dejaron pasar a los fotógrafos de medios ni al Agente del Ministerio Público, como tampoco a los enviados del gobierno estatal.
En el lugar de los hechos fueron localizados los casquillos de un arma nueve milímetros, un solo disparo, mortal por necesidad dada la distancia entre el disparo y la víctima, señala Ramírez Carmona. El cortejo fúnebre fue impresionante, iban más de dos mil personas acompañándola, cuentan quienes vieron el suceso.
Durante el novenario y como lo dicta la costumbre, se levantó la cruz para ser llevada al panteón municipal apenas rebasando las 04:00 de la mañana, cuando el cortejo pasaba frente al Palacio, se escucharon detonaciones por todos lados, la gente, enfurecida, optó por incendiar las casas y los comercios propiedad de la familia López Ramos, en respuesta, encapuchados que salieron de la casa de un hombre llamado Tilo Aguilar dispararon sobre la población enfurecida, se aseguraba que esto fue obra de los López Ramos a quienes se responsabilizaba del asesinato de Orfa Bohórquez, así como de las amenazas en contra del Presidente Electo Abel Bohórquez: “esta noche habrá fiesta en tu casa”, decía uno de esos anónimos.
Esa misma madrugada secuestraron a Galdino Ramírez y Esaú Hernández, hermano y cuñado de Orfa respectivamente; a Pablo Luis Franco, todos eran profesores del bachillerato; los dos primeros aparecieron tres días después, en conferencia de prensa en la oficinas de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, señalaron que fueron secuestrados y torturados psicológicamente por sus actividades en el Comité de Defensa de los Intereses del Pueblo y temían por la vida de Franco, quien no había sido localizado.
En los días subsecuentes los comerciantes, colonos, locatarios y el Consejo de Agencias Municipales organizaron mítines y marchas para reclamar justicia, por otra parte, más de quinientas personas se trasladaron a la capital oaxaqueña para demandar al Procurador de Justicia, Jaime López Farías, el esclarecimiento del asesinato; Romelia Bohórquez Valencia, hermana de Orfa, declaró: “para pedirle y exigirle el total esclarecimiento de la muerte de mi hermana Orfa, pues su muerte no puede quedar impune, ya que siempre enfrentó al caciquismo y a la lucha por las mejores causas de nuestro pueblo, ella estaba al lado de los campesinos porque era secretaria del Comité de Defensa de los Derechos Humanos.
“En muchas partes las puertas se nos han cerrado, pero en otras se nos ha escuchado; consideramos que las votaciones fueron limpias que lo que pasa es que los caciques no están acostumbrados a perder; las gentes de Miahuatlán se han negado a proporcionar datos a la Procuraduría por temor a ser muertos; el procurador afirma que tiene los mejores elementos para esclarecer el asesinato, sin embargo, éste es el momento en que todavía no hay pistas de los asesinos”.
En la misma información Patricia Jiménez, Secretaria del Presidente Municipal y testigo del asesinato, aclaró que el Procurador mentía al afirmar que no hubo apagones al momento del crimen, confirmó que al menos en cuatro ocasiones se había suspendido el alumbrado público… aseguró que hubo personas que vieron a los asesinos en el río pero no proporcionaron su identidad ante el temor de ser asesinados también y pidió al pueblo de Miahuatlán tener valor civil y denunciar a los criminales.
Galdino Ramírez afirma que el asesinato de Orfa fue un golpe muy duro para la familia, “nos partió el alma” murmura, “pero también fue muy difícil para el movimiento, en esos momentos yo sólo pensaba en mis hijos, el mayor de apenas año y medio y el pequeño de ocho meses de nacido”. Ambos fueron trasladados fuera de Oaxaca la misma noche del 4 de agosto y nunca más volvieron a Miahuatlán, hoy son dos hombres que no guardan resentimiento alguno por la pérdida de su madre. Orfa Bohórquez Valencia, mujer intensa para vivir, valiente, llena de energía e ideales. “El precio que pagó la familia fue altísimo, a pesar del sacrifico humano, se puede decir que Orfa consiguió despertar a todo un pueblo, les enseñó a defender sus derechos, el pueblo cambió, les quitó la venda de los ojos”, sostiene orgulloso Galdino Ramírez quien tras varios años de ausencia volvió a Miahuatlán en 2012.
Hasta ahora el crimen de la activista Orfa Bohórquez nunca ha sido resuelto, en cambio, tras su muerte, se ha pretendido ligarla como integrante del movimiento armado clandestino, se ha rumorado incluso que su muerte fue un ajusticiamiento del Ejército Popular Revolucionario por su cercanía con el gobierno.

**Tomado del libro Mujeres de Oaxaca.

Presidentas frente a la reelección 2018

* Mujeres gobiernan 14 % de los municipios del país


Soledad Jarquín, Dora Villalobos, Kara Castillo y Candelaria Rodríguez, corresponsales
SemMéxico, Cd. de México, 31 julio 2017.- En México, 342 mujeres que hoy son presidentas municipales tienen la oportunidad de reelegirse en el 2018.

Las mujeres en el ámbito local, el más cercano a la gente, representan apenas el 14 por ciento de los 2 mil 446 municipios que hay en el país; frente a la posibilidad de reelegirse, SemMéxico, conversó con algunas de ellas.

Apasionada de la política, optimista, segura de que está haciendo buen trabajo y por lo tanto cuenta con el respaldo de la ciudadanía, Elida Aimeé Sánchez Díaz, alcaldesa de Rosales, Chihuahua, no duda en afirmar que buscará la reelección en el proceso electoral del próximo año.

Con 35 años de edad es la presidenta municipal más joven de la entidad ubicada en el norte del país y donde las mujeres gobiernan en 25 municipios de un total de 67 municipios. Incluso la capital de Chihuahua, del mismo nombre, es gobernada por una mujer: Maru Campos Galván, quien fue candidata de Acción Nacional.

Elida Aimeé Sánchez Díaz es orgullosamente priista y reconoce que su partido no pasa por su mejor momento en términos de credibilidad, pero no le preocupa porque en su municipio toda la gente la conoce y confía en que tendría nuevamente el respaldo de la mayoría.

“Hay épocas buenas y épocas malas. A quienes gobernamos nos va según nos portemos. Yo no vine a robar, yo vine a trabajar. Por eso sé que me va a ir bien”, expresa segura de que cuenta con el apoyo de su partido para buscar la reelección.

Consciente de que las mujeres batallan más para sobresalir en política, tiene como lema trabajar mucho más que el resto, cumplir todas las promesas y servir con honestidad, transparencia y sentido social.

Como Elida Aimeé Sánchez Díaz, alcaldesa de Rosales, Chihuahua, en Santiago Laollaga, municipio ubicado en la región del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, Aska Toledo Prado, también quiere reelegirse en 2018.

Egresada de la Universidad de las Américas Puebla como abogada, la presidenta de Santiago Laollaga tiene 30 años y reconoce que gobernar no es tarea fácil y que llegar a ocupar el cargo fue un camino difícil.

“A pesar de ello, sí claro que me voy a reelegir”.

“No me apena ni me angustia decirlo y mucho menos me siento culpable de tener la aspiración de ser reelecta ahora por un periodo de tres años”.

Dice que no le importaría pasar nuevamente por la difícil tarea de una campaña política donde enfrentó “algunos actos de misoginia” pues hubo quienes aseguraron que llegó al cargo porque “dio las nalgas”.

Aska Toledo Prado es la tercera de su familia que gobierna Santiago Laollaga, antes lo hicieron su abuelo y su padre; está segura que irá a la reelección y que ganará porque la respalda su trabajo.

“Damos respuesta a los planteamientos que le hicimos a la gente durante la campaña y estamos solucionando los problemas”, expresa.

Menciona que siendo este municipio un balneario natural resultado de la conjunción de cuatro arroyos importantes, en la localidad hay colonias que no tenían agua potable, pero en solo siete meses ha solucionado el problema.

“Eso es lo que cuenta es lo que ve la gente; y me voy a reelegir porque dos años no son suficientes para concretar los planes que tengo para el municipio, se necesita reactivar la economía, hacer crecer el turismo y reactivar el campo del cual depende la mayoría de las personas que viven aquí”, señala.

Toledo Prado fue electa por un periodo de dos años. En Oaxaca, 153 municipios eligen a sus autoridades por elecciones donde participan partidos políticos; el resto, 417, son elegidos por sistemas normativos internos. En esta única ocasión el mandato tendrá una duración de dos años, como lo determinó el Congreso local a fin de homologar los periodos electorales, municipales y legislativo, con la jornada comicial federal.


Como resultado de las elecciones de 2016, en Oaxaca fueron electas 58 presidentas municipales de un total de 570 municipios: de ellas, 38 fueron electas por el sistema de partidos políticos y 20 por sistemas normativos internos.

Por su parte, María del Carmen Guzmán Esteban, presidenta municipal de Mezcalapa, quien fuera candidata del Partido Verde Ecologista de México y Nueva Alianza, asegura que sí le gustaría reelegirse porque las mujeres merecen tener la oportunidad de gobernar.

Guzmán Esteban, sin embargo, comparte la responsabilidad de gobernar con su esposo, José Luis Jiménez Pérez, quien tuvo que retirarse de la contienda para que la alianza que lo postuló cumpliera con el mandato constitucional de la paridad.

“Hasta ahora no lo he pensado bien, pero si hay oportunidad si buscaré la reelección”, dice, porque es necesario trabajar por la igualdad.

Pero no todas las presidentas municipales están dispuestas a reelegirse.

Una de ellas es la presidenta municipal de Tehuacán, Puebla, Ernestina Fernández Méndez, quien dice que no volvería a participar en el proceso que la llevó a la presidencia.

Fernández Méndez es una de las cinco presidentas municipales en Puebla de 217 municipios que hay en la entidad; opositora al gobierno del ex Gobernador Rafael Moreno Valle, a quien el Comité para la Liberación de Presos Políticos y por el Cese a la Persecución en Puebla, apoyó al ser una de las víctimas de esa persecución. 

Su disidencia ha generado incluso que su administración esté en constante escrutinio; a principios del año, el Segundo Tribunal en materia administrativa del Sexto Circuito detuvo, mediante un amparo, su destitución, tras un agónico proceso por supuestas irregularidades detectadas en su cuenta pública 2014.

Aunque responde que no volvería a participar en el proceso que la llevó a la presidencia, afirma que su compromiso es concluir el actual periodo.

“Debo pensar primero en cumplir con el compromiso que he contraído con Tehuacán, concluir mi periodo de trabajo con lealtad, transparencia y dedicación, todo por el bien de los tehuacaneros, quienes han confiado en mí, porque servir es una vocación”, señala.

En Chiapas los tambores preelectorales empiezan a sonar y no habrá coaliciones ni alianzas electorales en los municipios, irán todos contra todos.

En la última elección, la ciudadanía votó prioritariamente por 32 presidentas municipales, el 26 por ciento de un total de 122 municipios; lo anterior a pesar de que la paridad en las candidaturas, como lo establece la ley, fue un proceso complejo.


Incluso, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación sancionó con la destitución de parte de las y los integrantes del Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana por su omisión al no respetar la ley.

El escándalo fue mayúsculo cuando cinco candidatos varones, que debieron ser sustituidos por mujeres, propusieron para tal efecto a sus parejas; a ello se sumó una larga cadena de hechos calificados como violencia política en razón de género, diez de los cuales llegaron a los tribunales electorales, siendo los más agudos los de candidatas Chenalhó y Oxchuc, Rosa Pérez Pérez y María Gloria Sánchez Gómez, respectivamente.

Ana Laura Romero Basurto, presidenta municipal de Jiquipilas por el PVEM, asegura estar ocupada en los asuntos del municipio y no está pensando en la relección.

“¡No! Yo estoy en estos momentos entregada en mi municipio. Es la instrucción del gobernador (Manuel Velasco Coello)”, explica, por tanto, la decisión su reelección dependerá de lo que decida el propio gobernador.

Ganadora con más de 10 mil votos en la contienda electoral del 19 de junio del 2015, Romero Basurto, gobierna con éxito uno de los municipios de la región centro, ubicado a 100 kilómetros de la capital chiapaneca.

Un caso distinto es el Elsa Ramírez Jarquín, presidenta municipal de San Pedro Totolapan, Oaxaca, y quien fuera electa por el sistema de usos y costumbres.

Contrario a lo que ella misma esperaba, fue electa para el periodo enero de 2017-diciembre 2019; el cargo es honorario, y no busca reelegirse.

Ramírez Jarquín es la única mujer en el cabildo compuesto de 10 personas y hasta hoy han tenido buenos resultados en el trabajo, sobre todo saldando viejos problemas como la falta de agua potable en varias colonias; ella anuncia que pronto con el fondo minero edificarán una nueva clínica para la comunidad, así como acciones para favorecer a las mujeres.

En julio de 2018, se elegirán ocho gubernaturas: Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán; el Gobernador de la Ciudad de México, 591 diputados y diputadas locales de mayoría relativa; 391 más de representación proporcional; 300 diputaciones federales de mayoría relativa y 200 de representación proporcional; 64 en el Senado de mayoría relativa, 32 de representación proporcional y 32 de primera mayoría.

También se elegirán 16 concejales para la Ciudad de México y mil 596 integrantes de los ayuntamientos.